Empezamos por unas cupcakes de vainilla.
Las sacamos y las dejamos enfriar un poco en el molde antes de pasarlas a una rejilla, y mientras tanto preparamos la buttercream.
Para la decoración le dimos la gracia con un trozo de galleta tipo cookie y unos ojos de fondant.
La conclusión después de probarlas una y otra y otra y otraaaaaaaa vez (había que asegurarse, jejeje), es que hay que remojarlas para que queden más jugosas (podéis probar este sirope de naranja, por ejemplo).
En cualquier caso, muy malas no estaban, porque las hicimos por la tarde tarde y para el desayuno ya no quedaba ninguna!!