Aunque ya han pasado muchos meses desde que lo hice me ha parecido un buen momento de cara a Halloween, un día en el que en muchos colegios y escuelas infantiles piden que los niños vayan disfrazados. También me hace ilusión que sea la segunda entrega de esta sección que me inventé allá por febrero a la que me gusta llamar Un libro, una manualidad.
Total, que con estas premisas se me encendió la bombilla. Me atraía la idea de que fuese disfrazado de un personaje de cuento muy reconocible para él (los disfraces de cuentos clásicos están fenomenal pero sabía que a él le molaría más ir del monstruo de los colores) de hecho le di a elegir cual de las emociones prefería y él dijo que se pedía el enfadado, claro... interpretarlo no implicaba ninguna dificultad para él por aquel entonces.
¡Ahora que caigo! he dado por hecho que, si has caído por este blog, conoces de sobra el cuento El monstruo de los colores pero no tienes porqué. Es un libro muy popular escrito e ilustrado por Anna Llenas.
La verdad es que no hay mucho que contar, esa es la buena noticia... que podéis tener el disfraz en una tarde tranquilamente.
Lo primero que hice fue dibujar la gruñona boca de lado a lado y unas cejas peludas en la parte superior. Después, sirviéndome de una tapa, dibujé dos círculos en el fieltro blanco, los recorté y pegué sobre la camiseta. A continuación cosí un par de botones a modo de pupilas que también aportaban más sujeción al fieltro.
Para rematar el look recorté tres triángulos a ojo a modo de colmillos y los pegué sobre la franja de la boca con el pegamento textil.
¡Disfraz terminado y niño feliz!. Los complementé con unos pantalones rojos de chandal... los gruñidos de enfado ya los ponía Dani.
¿Qué os ha parecido? Si a vuestros hijos le gustan otras emociones sólo tenéis que cambiar el color de la camiseta y la expresión del monstruo. ¡Espero haberos ayudado!