Tras su descripción, en 1966 a cargo de Eugene S. Richardson Jr., paleontólogo del Museo de Historia Natural de Chicago, se propusieron numerosas hipótesis para dar cuenta de su identidad biológica. Inicialmente, Richardson describió a T. gregarium como algún tipo de "gusano". Posteriormente se propuso que pudiera ser un artrópodo, un radiodonto (como Opabinia regalis), un molusco, un conodonto o uno de varios grupos de "gusanos". Este año, un nuevo estudio le da un giro inesperado al monstruo de Tully. Tras analizar más de 1,200 especímenes de este bicho, investigadores de Yale, el Museo Americano de Historia Natural, el Museo Field de Chicago, el Laboratorio Nacional Argonne y del Museo Peabody (también de Yale), dieron con la identidad del monstruo: ¡era un vertebrado!
Así es, ¡un vertebrado! Y no cualquier clase de vertebrado, se trata de un pariente distante de las actuales lampreas, un petromyzóntido troncal. La palabra "troncal" hace referencia a que no pertenece a grupo vivo alguno de lampreas, sino a grupos extintos. Y es que, tras analizar tantos especímenes, se pueden observar con más probabilidad y repetición estructuras que antes hubieran pasado por alto otros investigadores. Entre las estructuras observadas destacan: una aleta caudal con dos lóbulos (uno dorsal y otro ventral), una probóscide que termina en una boca con dentículos (presuntamente queratinizados como los de las lampreas modernas y que no son homólogos a nuestros dientes), bandas musculares en zig zag (llamadas miómeros), aperturas branquiales en forma de agujero, ojos pares montados en pedúnculos transversales (cual si fuera una delicada lamprea-martillo), un notocordio, cartílagos tectales (formas altamente modificadas del neurocráneo cartilaginoso de las lampreas), etc. Tras analizar estas estructuras y colocarlas en una matriz codificada para un análisis filogenético, resultó que la ubicación del monstruo de Tully en una filogenia, soporta la hipótesis de afinidad a las lampreas, haciendo de la criatura una lamprea troncal (y sorpresivamente no se recupera como una forma primitiva, pues al menos otra lamprea es menos derivada: Mayomyzon).
Así, uno de los misterios más grandes en paleontología del siglo XX ha quedado desvelado: Tullimonstrum gregarium es una lamprea troncal, uno de los vertebrados más raros que jamás hayan existido. ¿Te gustó enterarte de esto? Deja tu respuesta en los comentarios. Hasta pronto.
Artículo nuevo:
McCoy, V. E., Saupe, E. E., Lamsdell, J. C., Tarhan, L. G., McMahon, S., Lidgard, S., ... & Vogt, S. (2016). The ‘Tully monster’is a vertebrate. Nature. doi:10.1038/nature16992