El montaje del sida iii : kary mullis y el fraude del sida

Publicado el 02 febrero 2017 por Asier Auge

EL MONTAJE DEL SIDA III : KARY MULLIS PREMIO NOBEL Y EL FRAUDE DEL SIDAKary Mullis obtuvo el premio Nobel gracias a un descubrimiento importantísimo, que revolucionó toda la investigación posterior, y hasta el dia de hoy, sobre el ADN. Cuando un científico de este nivel, y no es el único, nos advierten de un fraude de dimensiones colosales como el SIDA, los medios de comunicación deberían hacerse eco de ello, y no encubrirlo vergonzosamente.
EL PREMIO NOBEL:
Kary Banks Mullis (28 de diciembre de 1944, Carolina del Norte), bioquímico estadounidense, conocido por la invención de la técnica PCR (Polymerase Chain Reaction) para amplificar regiones de ADN. La técnica introdujo una revolución en la investigación biológica y médica.

Esta técnica se fundamenta en la propiedad natural de los ADN polimerasas para replicar hebras de ADN, para lo cual se emplean ciclos de altas y bajas temperaturas alternadas para separar las hebras de ADN recién formadas entre sí tras cada fase de replicación y, a continuación, dejar que las hebras de ADN vuelvan a unirse para poder duplicarlas nuevamente. La reacción en cadena de la polimerasa fue perfeccionada por Kary Mullis perteneciente a la Cetus Corporation en California, en la década de 1980.

Por esta invención, de gran valor en biotecnología y como herramienta de investigación científica y forense, en 1993 recibió el Premio Japón y el Premio Nobel de Química, compartido con el canadiense Michael Smith. Cetus, la compañía de Mullis, le dio una recompensa de 10.000 dólares por la invención de la PCR y luego vendió la patente por 300.000.000 de dólares a Roche Molecular Systems, una sección de la importante compañía farmacéutica Hoffmann-La Roche.


EL FRAUDE DEL SIDA:

Mullis sostiene que la PCR cuantitativa utilizada en los llamados “test de carga viral” es un oxímoron y que, además, el VIH no produce el sida. Mullis dedica un capítulo de su autobiografía (“Dancing naked in the mind field”) a criticar la hipótesis comúnmente aceptada sobre la causa retroviral del sida, y además ha prologado el libro de Peter Duesberg “Inventing the AIDS virus”.

En los días 21, 22 y 23 de abril de 1994, se celebró en Toledo (España) la 28 reunión de la Sociedad Europea de Investigación Clínica. Kary Mullis, que acababa de ganar su premio Nobel de química por su investigación sobre el PCR, fue invitado al acto. Pero la conferencia de Mullis no fue, como se esperaba, sobre la PCR, sino sobre las dudas que tenía sobre la teoría oficial de que el VIH causa el sida. Las reacciones fueron inmediatas, y algunos de los presentes se marcharon ruidosamente mientras Mullis aún estaba hablando. Finalmente, el maestro de ceremonias interrumpió a Mullis y le indicó que su intervención ya había terminado..


Fuente:https://elinstigador.wordpress.com/2014/05/25/kary-mullis-premio-nobel-de-quimica-y-el-fraude-del-sida/#respond
KARI MULLIS, PREMIO NOBEL EXPLICA POR QUÉ DEJÓ DE CREERpor Kary Mullis (Premio Nóbel de Química por crear la técnica PCR)

Prefacio al libro del Dr. Peter H. Duesberg:
Inventing the AIDS virus

Artículo publicado en el Nº 46 de la revista Medicina Holística, editada por la Asociación de Medicinas Complementarias (A.M.C)

En 1988 trabajaba como consultor en Specialty Labs, en Santa Mónica, realizando análisis del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Sabía bastante de análisis de cualquier cosa con ácido nucleico, porque había inventado la Reacción en Cadena de la Poliomerasa (Polymerase Chain Reaction: PCR). Por eso me contrataron. Por otra parte, el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) era algo de lo que no sabía demasiado. De este modo, cuando me encontré escribiendo un informe sobre nuestros progresos y objetivos para el proyecto patrocinado por los National Institutes of Health, me dí cuenta de que no conocía la referencia científica para apoyar la declaración que acaba de escribir: El VIH es la probable causa del SIDA. Así que me volví al virólogo de la mesa de al lado, un tipo serio y competente, y le pregunté por esa referencia, dijo que no necesitaba ninguna; yo no estuve de acuerdo.



Pese a que es verdad que ciertos descubrimientos o técnicas científicas están tan bien establecidas que sus fuentes ya no se aluden en la literatura contemporánea, ése no parecía ser el caso de la conexión VIH/SIDA. Para mí, era muy notable que el individuo que había descubierto la causa de una enfermedad mortal y hasta ahora incurable, no fuese continuamente aludido en las publicaciones científicas hasta que la enfermedad estuviese curada y olvidada. Pero, como pronto aprendería, el nombre del individuo -que sería seguro materia de Premio Nóbel- no estaba en boca de nadie. Por supuesto, esta simple referencia debía estar en alguna parte ahí fuera. De lo contrario, decenas de miles de funcionarios y reconocidos científicos de diversas procedencias, que intentan aclarar las trágicas muertes de un considerable número de homosexuales y/o consumidores de drogas intravenosas de edades comprendidas entre los 25 y los 40 años, no habrían permitido que su investigación se limitase a una estrecha vía de estudio. No todo el mundo pescaría en la misma charca a menos que estuviese completamente verificado que el resto de charcas estaban vacías. Tenía que haber un informe publicado, o quizás varios, que juntos indicasen que el VIH es la posible causa del SIDA. Tenía que haberlo.

Hice indagaciones con el ordenador, pero no encontré nada. Por supuesto, puedes perderte información importante con las búsquedas por ordenador sólo con no introducir las palabras clave concretas. Para estar seguro de una conclusión científica, lo mejor es preguntar a otros científicos directamente. Esa es una de las cosas para las que sirven esos congresos en lugares lejanos con bonitas playas. Como parte de mi trabajo, iba a muchos encuentros y congresos. Adquirí el hábito de acercarme a cualquiera que diese una charla sobre SIDA y preguntarle qué referencias debía citar para esa cada vez más polémica declaración: el VIH es la probable causa del SIDA. Después de 10 ó 15 encuentros en un par de años, empecé a preocuparme cuando vi que nadie podía citarme la referencia.

No me gustaba la fea conclusión que se estaba formando en mi mente: la campaña entera contra la enfermedad considerada con creces como la peste negra del siglo XX, estaba basada en una hipótesis cuyos orígenes nadie podía recordar. Eso desafiaba tanto al sentido científico como al común.



Finalmente, tuve la oportunidad de interrogar a uno de los gigantes de la investigación del VIH y del SIDA, el doctor Luc Montagnier, del Instituto Pasteur, cuando dió una charla en San Diego. Esta sería la última vez en que sería capaz de realizar mi pregunta sin mostrar cólera. Me figuré que Montagnier conocería la respuesta. Así que se la planteé, y con una mirada de perplejidad condescendiente, Montagnier dijo: "¿Por qué no cita el informe de los Centers for Disease Control (CDC, Centros para el Control de Enfermedades)?". Yo contesté: "No se refiere realmente al tema de si el VIH es o no la probable causa del SIDA, ¿o sí?". "No", admitió, sin duda preguntándose cuánto tardaría en marcharme. Buscó ayuda en el pequeño círculo de personas a su alrededor, pero todos estaban, como yo, esperando una respuesta más concluyente. "Por qué no cita el trabajo sobre el VIS (Virus de la Inmunodeficiencia Simia)?", ofreció el buen doctor. "También he leído eso, doctor Montagnier", contesté. "Lo que les pasó a esos monos no me recuerda al SIDA. Además, ese informe fue publicado sólo hace un par de meses. Estoy buscando el informe original con el que alguien demostró que el VIH causa el SIDA". Esta vez, como respuesta, el doctor Montagnier se dirigió hacia el otro lado de la habitación para saludar a un conocido.

No hemos podido encontrar ninguna buena razón por la cual la mayoría de la gente sobre la tierra cree que el SIDA es una enfermedad causada por un virus llamado VIH. Simplemente no hay evidencia científica alguna que demuestre que eso es cierto. Tampoco hemos sido capaces de descubrir por qué los médicos recetan una droga tóxica llamada AZT (Zidovudina-Retrovir) a personas que no tienen otro mal que la presencia de anticuerpos al VIH en su cuerpo. De hecho, no podemos entender por qué ningún ser humano debería tomar esa droga cualquiera que fuese la razón que se adujese. Ni Duesberg ni yo podemos entender cómo ha surgido esta locura, y habiendo vivido ambos en Berkeley hemos visto algunas cosas muy extrañas. Sabemos que errar es humano, pero la hipótesis VIH/SIDA es un error diabólico. Digo esto bastante alto como advertencia. Duesberg lo ha estado diciendo durante mucho tiempo.
Fuente:http://replantearsida.blogspot.com.es/2009/01/kari-mullis-premio-nobel-explica-por.html