El monumento a la bandera es de por sí escultural (y digo escultural para no apelar al redundante "monumental")pero de noche, cuando el el sol se esconde y las cuidadas luminarias especialmente diseñadas para resaltarlo, lo hacen aparecer totalmente distinto, casi como un verdadero faro pero sin mares cercanos ni barcos a los que guiar con su luz giratoria.
Disfruten aquí de algunas muestras: