La inestabilidad y exceso de estabilidad se pagan caros. Por un lado, España que llegaba con una fase de clasificación casi impoluta en resultados y sensaciones, el episodio de cambio de seleccionador fue letal. Las sensaciones se tornaron, al menos esa fue la sensación que pude percibir, de un juego cansino, falto de chispa y respuesta en momentos cruciales. Por otro lado, Alemania, con exceso de tanquilidad y "sosiego" pensando que Alemania es intocable hasta mínimo semifinales, el resultado ya lo vimos, España y Alemania para casa. Lo de Argentina es otra historia, llegó de uñas y se fue igual. Cambiando de equipo, de jugadores, de ideas, todo en medio de un clima infernal. De Brasil me sorprendió que no tuviera, curiosamente, más recursos ofensivos en la finalización. Las que más me gustaron y disfruté viéndolas jugar fueron Croacia, Bélgica y Japón. Las 2 primeras, selecciones cuajadas años atrás. Croacia tiene grandes jugadores y un entrenador que contagia seguridad; Bélgica, ídem de ídem (grande Roberto Martínez) y de Japón me encantó su orden y su fútbol académico y cómo no su educación ejemplar para aceptar la derrota, santo y seña de una cultura a años luz de la nuestra. El fútbol europeo se quedó sólo al final y la campeona ha sido Francia, hay que reconocerle el mérito y felicitarla. A mi no me ha gustado ni me he divertido viéndola jugar aunque soy consciente de la puesta en valor unívoca que el colofón de una temporada tan larga para todos los futbolistas el componente físico debía ser crucial y vaya si lo ha sido. Una selección como la francesa formada por jugadores superatléticos, casi todos de procedencia africana y gestionados de forma que a Deschamps le ha bastado con utilizar sólo 13 o 14 de una absurda lista de 23 jugadores que se tiene por norma acuda a estas citas mundialistas. ...Y desde otra vertiente, el VAR, tan comentado por todos. Ya era hora que irrumpiera la tecnología en el fútbol. Sólo antes lo había hecho mínimamente; que si balones inteligentes, que si pinganillos entre árbitro y asistentes, por cierto fueron medidas también contestadas (ya hoy forman parte de la normalidad) que puristas y defensores de la "esencia del fútbol" veían como algo escandaloso mientras que Selecciones se quedaran sin Mundial u otras historias graves por cerrarse a algo que nos pasaría por la derecha. Cierto es que hay que afinar un poco más en esta tecnología y hacer que la decisión sea tomada de forma más rápida pero su necesidad en el fútbol está fuera de toda duda. Incluso, a riesgo de que me tachen de loco, lo siguiente será que los jugadores lleven algún dispositivo homologado en su oído para recibir órdenes de su entrenador y evitar los aspavientos y gritos absurdos desde 50 m de distancia, al tiempo.
Los Mundiales, incluso habiendo hecho grandes fases de clasificación, hay que prepararlo muy, muy bien si se quiere llegar lejos.
El avance del fútbol es imparable en todos los aspectos, fundamentalmente, cada vez todos juegan mejor y más vistoso para el público; quien juegue mejor tendrá, casi siempre, más posibilidades de ganar.
Sigue siendo un deporte de conjunto aunque los análisis se sigan haciendo desde el prisma de las grandes estrellas. Con todo, VIVA EL FÚTBOL.