El Mundial tiene mala pinta, pero no se puede enterrar a la selección de Del Bosque

Publicado el 14 junio 2014 por Aposilio @aposilio

La debacle ante Holanda demuestra que el seleccionador se ha equivocado al optar por jugadores de su confianza aunque estén en una forma penosa; aún así, España no está descartada, pues atesora calidad para repetir éxito en Brasil


Fuente: elpais.com

Aunque las circunstancias no resultaban halagüeñas, nadie se podía esperar la debacle que la selección española de fútbol iba a sufrir en su estreno en el Mundial de Brasil. La derrota ante la siempre potente Holanda cabía dentro de lo probable, pero la humillación recibida por el equipo de Del Bosque no la soñaban ni los tulipanes más forofos. El 1-5 que desprendía el marcador al final de los 90 minutos de juego no solo reflejaba la superioridad del combinado orange (en este caso de azul), sino la excesiva fragilidad que envuelve en estos momentos a la todavía actual campeona del mundo. Los hombres de Van Gaal evidenciaron que habían estudiado y trabajado hasta la extenuación la manera de hincarle la dentadura entera a su rival más odiado en la actualidad. La derrota a manos de los reyes del toque en la final del Mundial de Sudáfrica la tenían clavada en la mismísima frente todos y cada uno de los integrantes del combinado de los Países Bajos. Y una vez más se comprobó como el ánimo, las ganas y el deseo son más trascendentes que la calidad, la técnica y la estrategia a estos niveles de igualdad.
España fue zarandeada sin compasión en solamente 45 minutos, lo que añade más preocupación a la situación. Ninguno de los que vistieron de blanco alcanzó ni el 50% de su rendimiento habitual, y hubo algunos que normalmente ejercen como baluartes, como Casillas, Ramos, Piqué e Iniesta, que solo se parecieron a sí mismos en el nombre. La primera mitad discurrió como la España del último sexenio acostumbraba, con el domino del balón y las ocasiones más claras. Eso sí, el control no era tan abusivo como en otras ocasiones. La presencia de Diego Costa en punta invitaba a ataques más directos. De hecho, así llegó la ocasión del único tanto hispano en Brasil. Y aunque el empate de Van Persie descubrió los socavones de la defensa del campeón, nadie podía augurar el desplome que los hombres del marqués iban a sufrir en el segundo período.

Fuetne: lavanguardia.com

La reanudación fue un martirio en toda regla. Ni los jugadores ni los técnicos de la Roja fueron capaces de minimizar el vendaval naranja, desplegado a base de presionar para recuperar y pase en largo para la velocidad y habilidad de los puntas holandeses. Esta simple estrategia descubrió al mundo las vergüenzas de un campeón físicamente en la reserva y las miserias de algunos de sus componentes, en especial de Casillas, Ramos y Piqué, que sumaron numerosos errores de principiantes. Otros, como Azpilicueta, Xavi, Iniesta, Silva y Alonso fueron cómplices por omisión, lo que contribuyó todavía más al vergonzoso papel de sus compañeros. Y ni siquiera Del Bosque desde el banquillo fue capaz de aportar sensatez con los cambios, al mantener sobre el césped a profesionales que pedían la ducha a gritos, como Xavi. Fue el momento en el que se pudo comprobar que el míster no tenía entre los suplentes a nadie que pudiera cambiar el ritmo de los acontecimientos con un plan B que posibilitara diferentes opciones. Su prioridad por contar con jugadores de su confianza, a pesar de lucir una baja forma evidente, le pasó factura al seleccionador. Torres ratificó lo que todo el mundo sabe, que necesita un sinfín de ocasione para meter un gol, mientras que Navas, Llorente y Negredo veían desde sus casas el repaso que sufrían sus compañeros.

Alzarse de las cenizas

Esta derrota tan abultada puede tener efectos demoledores en el plantel hispano. O no. Puede que haya marcado el final de una generación, como defienden algunos, pero no tiene por qué ser así. Este equipo está curtido en mil batallas y atesora calidad en sus botas como para alzarse de las cenizas y certificar que es la mejor selección de la historia. Pero las circunstancias que han rodeado en esta ocasión al combinado nacional ya dejaban prever que el feeling era muy distinto al de las últimas competiciones. Y, lo que es peor, que la forma de sus integrantes está mucho más alejada de la mostrada en las Eurocopas de Austria y Suiza y Ucrania y Polonia, así como en el Mundial de Sudáfrica. En concreto, hombres como Casillas, han cantado al universo en 45 minutos sus principales carencias para esta profesión, el juego con sus pies y sus salidas del marco, o Piqué, con una cintura más dura que el pedernal, o Ramos, harto de homenajes y celebraciones que le han restado velocidad y precisión a su usual potencia y anticipación, o Xavi sin fuerza ni estímulo para hacer mejores a sus compañeros, una de sus grandes virtudes.

Fuente: multimedia.farodevigo.es

Hay quien argumenta que la España de Del Bosque también perdió el primer partido de Sudáfrica y luego alzó el trofeo de oro y se cosió la estrella de cinco puntas en sus zamarras. Pero la diferencia entre aquel accidente y este desastre son abismales. Aquel tropiezo sembró dudas, este ha dejado bajo mínimos el crédito y han enseñado al orbe que la España del tiki-taka está en decadencia. Y que quede claro que estas críticas no están hechas desde el punto de vista de un mourinhista. Nada más alejado de la realidad. Pero son tan palpables que sería de necios ocultarlas. Ahora bien, que nadie entierre a esta España apaleada. Si estos mismos jugadores que deambularon por el césped de A Fonte Nova se lo proponen, no tienen más que ganar a Chile y a Australia, resultados que no extrañarían a nadie, para meterse en cuartos y vérselas con Brasil. Un choque en la cumbre adelantado que estaría abierto y que podría servir para recuperar el enorme crédito perdido en este descalabro mundial. Por cierto, Diego Costa empezó a dar razón a mi artículo sobre sus convocatoria (leer el artículo).