Revista América Latina

El Mundo del Trabajo en una realidad invisibilizada.

Publicado el 25 febrero 2015 por Fabricio @yosipuedochaco
El Mundo del Trabajo en una realidad invisibilizada.

Gino Strafforini. Toma de Tierras en America TATU industria textil clandestina esclavista

 

Insistentemente hemos reiterado, incluso en nuestros  documentos de Congreso que, PROPUESTA TATU, no es un proyecto solidario, la solidaridad es el compromiso de honor y de amor con nuestros pueblos y, hablo de pueblos. Por que la diversidad en una Toma de Tierras, es enorme, como así la cultural, pueblo Paraguayo, Boliviano, Peruano, Chileno, Argentino etc. Y, desde esa diversidad, debemos construir,, organizar, pensar el futuro, tomando ejemplos del pasado y de otros pueblos que han logrado construir maravillas con poca cosa material pero, con una riqueza humana maravillosa; como es el caso de de la Revolución Cubana, tema que no pretendo analizar hoy.
Ya hemos contado por que la gente se toma una tierra, tampoco hace falta escribirlo, solo hace falta mirar a nuestro alrededor y darnos cuenta de la sociedad en que vivimos, con una estructura que permite descaradamente la desigualdad, el oportunismo, la explotación y, la economía de mercado que, pareciera todo lo puede, menos la justicia.
En los barrios en los cuales hemos trabajado, viven  mas de 115.000 seres humanos, en condiciones inhumanas de vida, la toma de una tierra por parte de una determinada población, es cuando esta misma toma conciencia de que mas abajo no puede ir, que mas nada tiene para perder y, rompe con la legalidad burguesa, atreviéndose a apropiarse de lo que otros llaman “ Propiedad Privada”; todos esos seres humanos hoy están procesados penalmente; sin embargo su preocupación, es el techo, la vivienda, la subsistencia y los hijos, no es mucho pedir claro, no piden que les hagan casas, se las hacen ellos, no piden que les regalen nada, se lo saben ganar, son pobres, pero de una dignidad inmensa.
Esa es la realidad dura, cruenta, difícil, de una toma de tierras.
Allí conviven y se solidarizan trabajadores, clase obrera y técnicos, ocupados, desocupados y sub ocupados, se ocupan no solo de construir su vivienda, sino de la construcción de  un barrio, y lo hacen, lo construyen, a pesar de la ausencia del estado.
Algunos son changarines, constructores, albañiles, pintores, muchos trabajan en las Cooperativas de Trabajo, con un salario que no supera los Dos Mil Pesos, otros son cartoneros, en esta caso la vida se hace mas difícil, hay que tener un caballo, el cual es una inversión importante y,  dejar un lugar en el patio de la casa para guardar, cartones, papeles, botellas etc. Etc., lo cual produce un problema de salud para esa familia y parte de la comunidad; muchos y sobre todo las mujeres, trabajan en los talleres textiles, unas pocas tienen máquinas en sus casas y, trabajan allí mismo, atienden la casa, venden mercadería por la ventana, ven los niños, hacen las compras y cosen, cosen y cosen, deben batallar con la falta de luz eléctrica muchas veces, con la falta de agua, con las calles de tierra, con el calor en verano, por que los techos son de chapa y, con el frío en invierno y, cuando llueve, no se puede salir de la casa, es tanto, que el colegio mas cercano donde estudian los niños, ya la directora cuando llueve les justifica la falta, por que sabe que del barrio no se puede salir por el barro.
Al preguntarle a una madre con dos hijos, por que uno va al colegio por la mañana y el otro  por la tarde, me dijo : “ Por que tengo un solo par de zapatillas y, cuando llueve por la mañana y mi hijo puede ir al colegio, el de la tarde no puede por que las zapatillas están mojadas y con barro.
LA INDUSTRIA TEXTIL :
La  industria de confección, se encuentra  compuesta por distintos eslabones  que presentan características diversas  y que en muchos casos se encuentran alejados  los unos de otros, sin embargo esta industria se encuentra atravesada  por la precarización de los trabajadores/as en diferentes formas.
Gran parte de esta producción se realiza en talleres clandestinos  donde los trabajadores/as cumplen extensas jornadas; en algunos casos se llega a privación de la libertad, desarrollando trabajo esclavo. Esta explotación de la  fuerza de trabajo , permite a las marcas obtener enormes márgenes de ganancia, producto del pago a destajo por prenda , reclutamiento bajo engaños, nula protección frente al riesgo de trabajo y, muchas veces viven en el mismo taller  en condiciones de hacinamiento.
Esta industria nació en el Siglo XIX por medio de la llegada de costureros inmigrantes; la industria textil argentina tuvo su período mas importante de crecimiento, entre los años 1930 y 1970, en un contexto de políticas económicas proteccionistas y de expansión  del mercado interno, entrando en declive con las políticas neoliberales aplicadas desde la dictadura militar y, agudizadas durante el gobierno peronista de Carlos Menem; este proceso trajo consigo un proceso de concentración  de la producción en manos d elos grandes capitales, caracterizado además, por la descentralización de la producción y la precariedad  de las condiciones de trabajo  que habían sido mejoradas con la Ley de  trabajo a domicilio del año 1941. Esta Ley, reducía el margen de ganancia  de las grandes marcas, en estos últimos años contamos con un ejército industrial de reserva , compuesto por costureros/as migrantes, sobre todo de nacionalidad boliviana y argentina que, ante la falta de alternativas laborales  ofrece su mano de obra  a un bajo precio en condiciones precarias de trabajo.
El rubro confección  esta cruzado por la precarización del trabajo, facilitada por la tercerización de la producción, el bajo nivel de mecanización y la presencia de un ejército industrial de reserva.
Se estima que en nuestro país hay 10.000 talleres de confección, el 50% en la Ciudad de Bs. As. que emplean casi 100.000 trabajadores; mas allá de la sobre explotación en condiciones terribles, incumplimiento de la legislación laboral, los trabajadores están en negro, evasión fiscal y trabajo esclavo, son algunos de los elementos inhumanos de este sistema de explotación.
Una niña de 16 años de la Toma de Tierras de Longchamps, para nosotros Misión Vallegrande, hija de una familia boliviana, brillante alumna que los sábados por la tarde participaba de la Escuela de Oficios, a mitad del año 2014, se puso a trabajar en un taller de costura, hablamos con ella, con sus padres, sin embargo la respuesta fue que, esos recursos les hacían falta para sobrevivir y terminar de construir su casita, el resultado esa joven niña, terminó mal su año escolar, con muchas materias pendientes para Marzo, no se ha preparado en el verano, pues siguió trabajando y, también tuvo que abandonar la Escuela de Oficios donde aprendía computación, por ejemplo.
En esa realidad nos desarrollamos, con altos esfuerzos pero, con la convicción que seremos capaces de construir ese otro mundo tan necesario. Nosotros, seguiremos como “ los necios”   construyendo sueños.

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