O una de dos: o el mundo está loco o el loco soy yo. Leo en la prensa que Donald Trump está considerando seriamante la posibilidad de presentarse como candidato a presidente en las próximas elecciones de Estados Unidos. El magnate norteamericano atribuye su disposición a la “situación del país” que, a su juicio, “nunca ha estado peor”. Trump ha confirmado sus intenciones en una entrevista realizada a la cadena FOX Televisión, que es el bastión del ala más reaccionaria del Partido Republicano.
El multimillonario, que se ha hecho rico como promotor inmobiliario y gestor de un imperio de casinos, necesita más tiempo antes de tomar una decisión definitiva, pero sus palabras presagian lo peor. Trump justifica su voluntad para concurrir a los comicios a la Casa Blanca con argumentos tan sólidos y solidarios como es su deseo de “hacer negocios con China“. Cree que Estados Unidos ha dejado de ser una potencia de primer orden en el mundo y no se le respeta en el ámbito internacional.
Toda una declaración de principios, al más puro estilo Berluconni. Dice el magnate norteamericano que “ama” a su país y está dispuesto a hacer un gran sacrificio, aunque ello implique una reducción de sus ingresos porque el sueldo de presidente es calderilla para una persona como él. Su programa será simple: “Devolver los principios y el sentido común a Estados Unidos“. ¿Cabe más demagogia y populismo? Trump está alineado con el grupo neoconservador, conocido como Tea Party.
No deja de ser curioso que el nombre del multimillonario haya saltado a la arena política, tras conocerse los resultados de una encuesta realizada en el Estado de New Hampshire, posiblemente impulsada y manipulada por el propio Domnal Trump, que figura así entre los candidatos favoritos para la población. Parece obvio que ha puesto en marcha su campaña y sólo cabe esperar que la ciudadanía sea más inteligente que quien aspira a representarles.
En cualquier caso, no hay razones para soprendernos. En nuestro país, otra encuesta, no sé con qué grado de fiabilidad, ha puesto de manifiesto el “tirón” de Belén Esteban como candidata al Congreso de los Diputados. Sus méritos son de sobra conocidos: acostarse con un torero, ser madre y vender su vida por entregas, incluyendo matrimonio, infidelidades, amagos de divorcio, enfrentamientos en directo con quienes osan discrepar de sus opiniones, lágrimas,… ¿Es todo una broma? ¿Estamos perdiendo el juicio? ¿Se presentará Espinete a las elecciones?