Desde lejos y a simple vista parece un globo terráqueo más, una gigante representación del mundo. Si te acercas un poco puedes ver que se trata de un sinfín de puntitos de colores que, ordenados de manera esférica, componen esta bonita y curiosa escultura de nuestro Planeta Tierra. Pero visto al detalle, lo que se puede observar es que esta escultura está compuesta de miles de cerillas dispuestas y pegadas una al lado de otra en un trabajo de infinita paciencia.
La escultura, realizada por el artista estadounidense Andy Yoder (Cleveland - Ohio, 1957) nos muestra el mundo tal como era en 2012 cuando el huracán Sandy azotó la costa oriental de los Estados Unidos. Las 300.000 cerillas empleadas, que han sido pintadas a mano individualmente por el autor, recrean casi fielmente la orografía e hidrografía de la Tierra. Con ellas ha realizado una disposición y degradación de color para mostrar todos los matices de tierras y mares, los lagos, los desiertos, las nubes y hasta el propio huracán con el que quiso representar metafóricamente el proceso personal de divorcio y los cambios que su propia familia estaba sufriendo.
Este laborioso proyecto, en el cual Andy Yoder ha gastado dos años de su tiempo y grandes dosis de paciencia, fue inspirado en un trabajo de ciencias de la Tierra de la escuela primaria y se llama "Early One Morning" (Una mañana temprano). El globo mide poco más de un metro de diámetro (42 pulgadas) y en él han sido pegadas las cerillas de una en una, con pegamento para madera, sobre un bastidor o esqueleto de espuma redondeada, cartón y madera contrachapada recubierto de papel de arroz con los colores marcados. Eso sí, para evitar "incendios", el artista ha tenido la precaución de cubrir toda la pieza con un retardante químico de llama.
En esta escultura conceptual, Andy Yoder utiliza una vez más los medios materiales y objetos cotidianos o familiares con fines metafóricos. Para la creación de la obra se inspiró en la "crisis del calentamiento global" y el hecho de que este realizada con cerillas o fósforos tiene un fuerte significado simbólico por la peligrosidad y la posibilidad de incendio y destrucción. La pieza estará expuesta en la próxima Feria de Arte Contemporáneo de Nueva York del 8 al 11 de mayo como parte de la exhibición de la galería Winkleman.