Tras ver los comentarios de mi anterior post, tengo dudas acerca de si realmente he conseguido transmitir con el lo que quería. En ellos hemos comentado la conveniencia o no de proteger a nuestros hijos y si por el hecho de hacerlo, les causaremos mayores sufrimientos futuros.
Pero mi intención era llegar más allá,que nos planteáramos que visión del mundo queremos ofrecerles a nuestros hijos. Así que, tras darle algunas vueltas, quiero añadir unas palabras al respecto:
Como ya comenté es muy habitual la opinión de que tenemos que preparar a nuestros niños porque en la vida se van a encontrar con todo tipo de gente y tienen que saber desde chiquititos que esto es así: que el mundo se divide en buenos y malos y que tienen que hacerse respetar para que nadie los pisotee.
Papá y yo no compartimos esta forma de entender la vida y el mundo. No creemos que la vida y las personas sean como las peliculas de Disney en las que los roles están claramente marcados y donde Blancanieves es la buena buenísima mientras que la bruja es la mala malisima y por ello merece todo lo malo que le pase.
Queremos transmitirle a David que la vida es bonita y que el ser humano es bueno.
No queremos que piense que existen diferentes tipos de personas, sino que todas las personas son buenas por naturaleza, pero que lo que cambia son las actitudes que cada uno adopta frente a la vida:
Quien desde su más tierna infancia ve el mundo como un buen lugar y entiende la vida como algo positivo, es muy probable que adopte una actitud positiva y que, por lo tanto, sea una persona optimista y feliz. Por supuesto que encontrara obstáculos en el camino y mil situaciones que le harán replantearse sus valores una y mil veces, pero lo hará desde la confianza y el respeto, puesto que para el, el mundo no será un lugar hostil lleno de mala gente dispuesta a amargarle la existencia.
Si, por el contrario, lo que trasmitimos a nuestros hijos es el mensaje de que en el mundo hay algunas buenas personas, pero que está plagado de gente mala, corremos varios riesgos: que adopten una actitud defensiva y desconfiada ante el mundo y que se crean en el derecho de juzgar a todo el que pasa a su lado bajo su rasero, para así poder hacer su particular clasificación de buenos y malos.
Creo que es muy importante transmitirles a nuestros hijos confianza en quienes les rodean. Hacerles entender que la misma persona, según el momento que atraviesa y las circunstancias que le rodea puede tomar una actitud acertada o equivocada, lo que no lo convierte necesariamente en bueno o malo. Y hacerles ver que ellos mismos a lo largo de su vida tambien se equivocarán y actuaran mal , pero que eso no les convierte en malas personas: eso les hace humanos.
De esta manera, si les enseñaramos a aceptar al ser humano tal y como es, posiblemente evitaríamos esa frecuente actitud de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, porque no tendrían miedo a ser considerados malas personas por el simple hecho de cometer un error o tomar una actitud equivocada.
Y os cuento todo esto cuando yo misma tengo muy interiorizados los conceptos del bien y el mal y la desconfianza en la gente y en el mundo. Es dificil borrar algo con lo que has crecido, pero sé que tengo que cambiar (y me esfuerzo por hacerlo) si quiero brindar a mi hijo la posibilidad de ser plenamente feliz.
Ya va siendo hora de cambiar los esquemas y de darle la vuelta a la tortilla. Quizas penseis que somos unos ilusos, pero pensad tambien que diferente podria ser el mundo si todos nuestros hijos fueran educados en esos valores....creo que cambiaria tanto que ni lo reconoceríamos.
Felices fiestas!!