Diariamente vemos sin observar las extensas colinas de basura que se multiplican a nuestro alrededor, sin darnos apenas la oportunidad de poder reaccionar para revertir el proceso. Millones y millones de latas, botellas, juguetes rotos, plásticos, desechos de hospitales y fabricas, restos de muebles y artículos del hogar, zapatos viejos y pare usted de contar, son desechados en rellenos sanitarios, a cielo abierto, expuestos a roedores, aves, reptiles, animales domésticos y hasta seres humanos, que han construido sus viviendas en las cercanías a estos espacios o que ya habían estado habitando estos lugares, que por alguna desacertada razón se convirtieron en algún momento en cerros y cerros de basura, que difícilmente pueda digerir la tierra en pocos años, ya que el exagerado uso de productos de materiales no degradables a ido ganando espacios en nuestra ya enferma y contaminada esfera azul.
Constantemente luchamos contra las pandemias que azotan nuestra ya debilitada humanidad, “creando” novedosas fórmulas para combatir los nuevos flagelos de enfermedades infecto contagiosas o inmunologicas que van haciéndose cada día mas fuertes, enraizadas en el devastado medio ambiente. Entorno que nosotros mismos hemos ido preparando, con los constantes descuidos y falta de conciencia que como una deteriorada fotocopia se ha ido reproduciendo siglo tras siglo.
Es imperativo encontrar una solución a tan innegable problema mundial, que por supuesto se multiplica a pasos agigantados en todos los ámbitos de nuestra sociedad. El mundo desde su fundación está establecido con reglas y leyes que debemos cumplir como en todo país, comunidad, familia etc. para que puedan funcionar los múltiples engranajes de nuestra curiosa humanidad.