Últimamente me encuentro vaga y con poca inspiración a la hora de escribir, es lo que se suele decir el síndrome de la mente en blanco de los escritores, (aunque yo tampoco soy escritora sino una futura socióloga de éxito). Tengo pendiente hablar de la obra del genial César Manrique, artista que conocí recientemente en mi visita a Lanzarote, de los estupendísimos retratos de Manuel Outomuro (los cuales se exponen gratis en el Palau Robert de Barcelona entre los cuales cabe destacar el de Quim Gutiérrrez como romano... sin palabras...), así como la exposición temporal "Entre mujeres" de Auguste Renoir en la Fundación Mapfre de Barcelona (3 euros). Estas dos últimas exposiciones las recomiendo encarecidamente y si vas a Barcelona no hay perdón de dios para perdérselas.Así que lo más cómodo para mí es hablar sobre lo último que escucho en mi casa de manera casi obsesiva. Se trata ni más ni menos de los doce mejores valses de Johann Strauss. Estos valses me los escucho en una casete que me costó dos euros en una convención del cómic de Gijón. ¡Qué dos euros tan bien invertidos! ¡cómo me gusta la música de este hombre! Lo único es tener que darle la vuelta a la casete constantemente pero bueno, es algo vintage que haces con cariño y nostalgia hacia el pasado.El murciélago es de los valses que más me gustan y es una opereta cómica dividida en tres actos que se estrenó en 1874.