El Museo Vizcaya. Otra joya escondida.

Por Luisanaperez286 @luisanacarolina



Cuando llegué a Miami, me aterró el hecho de que los primeros días sólo veía centros y centros comerciales, nada distinto para hacer. Pues comencé a investigar otros sitios turísticos y conseguí un lugar súper interesante llamado Vizcaya Gardens. Un sitio tan distinto a Miami que de repente sientes que te trasladaste a la casa de algún rey en Europa, algo así tipo el Palacio de Versailles. Pues la visita a este sitio la hice con mi mami y mis tíos Edith y Fico, que estaban aquí por la boda y con los que compartimos mucho esos días. La historia de esta casa va más o menos así, un empresario llamado James Deering mandó a construir una casa para pasar el invierno en el sur de Florida, la cual utilizó desde 1916 hasta 1925 cuando murió. En la construcción de esta casa participó el 10% de la población de Miami, que para el tiempo eran diez mil personas. El conjunto total de la residencia se encuentra conformado por la casa, un granero, un gazebo y grandes extensiones de jardín. Lo más impresionante de todo el recorrido es la cantidad de obras y detalles que se encuentran dentro de la casa. Deering se encargó de recorrer Europa, de donde trajo además de ideas e inspiración para la construcción, materiales, muebles y obras que adornarían la residencia.

La casa está ubicada en la Bahía de Byscaine, así que la vista es espectacular, además que tienes al frente el famoso rompeolas construido en forma de barco. Dentro de la residencia hay aproximadamente 34 cuartos, todos con distintos decorados y al más exquisito y lujoso estilo europeo. Deering también deseaba que su casa fuese moderna, por lo que diseñó un ascensor y un sistema de intercomunicadores entre los cuartos que se operaba desde la cocina. Además, están los hermosísimos jardines que tardaron siete años en diseñar, de manera que fuese un conjunto perfecto con la casa. Obviamente, el cuarto que más me gustó fue la cocina. En fin, luego de la muerte de Deering, Vizcaya quedó al cuidado de algunos empleados, pero luego de los daños causados a la casa por el huracán de 1926, los herededos tuvieron que encargarse de repararla y trataron de convertirla en un museo, pero otro huracán hizo de las suyas y la casa sufrió severos daños de nuevo, por lo que la familia decidió venderla al Condado de Miami, quienes se encargan actualmente del funcionamiento de la misma como museo. Desafortunadamente no dejaban tomar fotos dentro del sitio así que Fico y yo tuvimos que apagar las cámaras y esperar salir a los jardines, y por eso no les tengo fotos del interior, pero sí algunas del exterior, aunque nos pasó algo muy particular. Cuando salimos a recorrer los famosos jardínes, un vigilante nos detuvo y nos dijo que debíamos salir del parque, porque había entrado un caimán a la zona y no habían podido atraparlo (¡terror!), y estaban tratando de desalojar los alrededores de la casa, así que huimos con muy pocas fotos del sitio. Vizcaya desde ese día pasó a ser otra de mis joyas escondidas de Miami, y OJO tan escondida que muchos de los que viven aquí todavía no conocen. Un abrazo, Lu.