El MVP de 1990, el premio que debió ser de Charles Barkley

Publicado el 20 febrero 2022 por Elgurudeldeporte @_Gurudeldeporte

En la historia de la NBA, ha habido varios casos de ganadores controvertidos de premios individuales y que han generado cierta controversia con el paso del tiempo. Uno de estos casos, fue el del ganador del premio al MVP de temporada regular de 1990, un hecho que parece que ha caído en el olvido, tanto por sus protagonistas, como por el motivo de no ser muy conocido el dato que llevo a ganar el galardón, a un jugador que, estadísticamente, no debería haberlo sido.

Para contextualizar lo que pasó, hay que viajar a mediados de la década de los 80's y principios de los 90's, una época dorada para la NBA que estaba empezando a conquistar el mundo del baloncesto a nivel global.

Los motivos de aquella eclosión de la liga estadounidense fueron múltiples pero uno de los esenciales, sin lugar a duda, fueron los grandes jugadores que se vieron sobre las canchas en aquellos años y que tuvieron su cenit grupal en el Dream Team de 1992.

Principalmente, hombres como Karl Malone, Charles Barkley, Hakeem Olajuwon, David Robinson, Larry Bird, Magic Johnson o Michael Jordan, atrajeron al baloncesto a un nuevo gran público que vivió y creció con unos jugadores que fueron capaces de cambiar la imagen de ese deporte.

Esta excepcional generación de jugadores, concatenó los premios a MVP de temporada durante 15 años, desde 1984 a 1999, con un especial dominio de Larry Bird, Magic Johnson y Michael Jordan.

Primero, fue Larry Bird quien empezó dominando desde 1984 a 1986 con tres MVP seguidos y luego llegó la alternancia de Michael Jordan y Magic Johnson, que ganaron los 6 MVP siguientes de 1987 a 1992, siendo Charles Barkley el hombre que puso fin en 1993, a los 9 MVP seguidos que ganaron entre el triunvirato Bird, Magic y Jordan.

Precisamente, fue en esa etapa de alternancia entre los MVP de Magic y Jordan cuando se vivió el excepcional caso de la anomalía estadística de la elección del MVP de 1990.

Incluso con el paso del tiempo y su inevitable perdida de perspectiva del pasado, parece difícil pensar que pudiera haber un jugador que jugara un mejor baloncesto en aquella época que Michael Jordan o Magic Johnson.

En aquel momento, los Lakers dominaban la NBA, con la única oposición real de unos Detroit Pistons que se estaban empezando a postular como la alternativa a los de California, ya que los Celtics habían comenzado su declive deportivo y los Chicago Bulls, de un gran jugador como Michael Jordan, no parecían estar todavía en condiciones de poder superar a equipos tan experimentados como los anteriores.

Sea como sea, el aquel momento, nada podía eclipsar el Showtime de Magic y sus Lakers, ni el baloncesto atlético y extremadamente ofensivo de un Michael Jordan en pleno crecimiento deportivo, lo cual se demostraba año tras año en la elección del ganador al jugador Más valioso de cada temporada regular.

Este Premio de MVP de temporada, se empezó a otorgar en 1956, siendo Bob Pettit el primer hombre en inaugurar el prestigioso y selecto listado de ganadores.

Inicialmente los electores fueron los propios jugadores de la NBA y, a partir de 1981, los encargados de elegir al ganador pasaron a ser periodistas y locutores deportivos especializados.

El sistema de puntuación no ha variado en gran medida en cuanto al sistema de elección, ya que siempre se ha dado la posibilidad de que se votaran varios jugadores por un mismo elector, recibiendo más o menos puntos, en función de ser elegido en primer, segundo o tercer lugar por el elector que correspondiera. El sistema realmente no ha variado, pero sí la cantidad de jugadores votados por cada elector.

Evidentemente, ser votado en primera posición por el elector concede más puntos e impulsa a ese jugador en la lista final de baremación del Premio.

Este sistema ha hecho que, a lo largo de la historia de la NBA, se hayan dado casos especiales, como por ejemplo el MVP de 2016 de Stephen Curry, que lo ganó por unanimidad, es decir, por ser votado por todos los electores en primera posición. De hecho, a día de hoy, es el único en la historia de la NBA en ser elegido por unanimidad, aunque Shaquille O'Neal también estuvo muy cerca de conseguirlo en el año 2000, tras faltarle un único primer voto que se llevó Alen Iverson.

Pues bien, este sistema de votación de varios jugadores por elector, también dio un caso excepcionalmente particular en 1990, cuando se rompió una regla que, a día de hoy, nunca más se ha vuelto a incumplir.

Año tras año desde 1956, hasta la actualidad, con la excepción de 1990, todos los ganadores del MVP han sido los jugadores que más veces han sido elegidos en primera posición por cada elector.

La regla se rompió en 1990 con unos protagonistas que han hecho que este dato, se haya pasado por alto ya que, ¿quién iba a dudar de que en 1990 Magic Johnson fuera el máximo merecedor del MVP de la NBA?

La realidad es que el jugador más votado en primera posición por los periodistas y locutores en aquel año fue Charles Barkley, con 38 elecciones en primer lugar, por las 27 de Magic y las 21 de Michael Jordan.

La cuestión es que, en las alternancias de los segundos y terceros votos, Magic quedó por delante de Barkley, seguramente por la elección también de Michael Jordan por delante de Barkley y el resultado final del Premio fue:

Magic Johnson 636 puntos (27 votos primer lugar) Charles Barkley 614 puntos (38 votos primer lugar) Michael Jordan 564 puntos (21 votos primer lugar)

Lo particular de esta situación es que nunca, ningún otro jugador, ha dejado de ganar el MVP siendo el más votado en primera posición. Tan solo Charles Barkley en el MVP de 1990.

Más allá del incontestable dato estadístico, el hecho viene a constatar la realidad de que, seguramente, el talento de Charles Barkley fue minusvalorado en aquellos años, tanto por el halo de super estrellas como Michael Jordan o Magic Johnson, como por su imagen pública, que no era precisamente la mejor.

Su actitud agresiva y desafiante y su condición de estar peleado literalmente con el mundo, hizo que, probablemente, Charles Barkley no tuviera la dimensión y el reconocimiento real de su baloncesto.

Sir Charles protagonizó desde peleas dentro y fuera de las canchas, como en la que le rompió la nariz a un hincha de los Bucks en un bar, hasta declaraciones en la prensa salidas de tono, incluso pasando por enfrentarse con el público durante los partidos y llegando a escupir (sin querer, en teoría) a una niña de 8 años en New Jersey.

La imagen que tenía Barkley en aquellos años, se puede resumir perfectamente en las siguientes palabras del mítico Frank Layden: "Sigmund Freud saltaría de su tumba si tuviese la oportunidad de examinar a Charles Barkley"

El hecho de no ganar un Título de Campeón de la NBA, ha marcado el legado de un jugador que seguramente merece tener un reconocimiento deportivo mucho mayor del que ha tenido con el paso de los años.

Charles Barkley se convirtió durante esos años en un de las máximas estrellas de la NBA y logró el curioso dato de ser el máximo anotador Dream Team de 1992, e incluso llegó a afirmar que, en aquel momento, era el mejor jugador de aquel equipo.

Al año siguiente, llevó a las Finales de la NBA a los Phoenix Suns y fue nombrado MVP de 1993, tras superar a Hakeem Olajuwon y al mismísimo Michael Jordan.

Al final, el éxito y el legado histórico de un jugador se mide por la combinación de sus éxitos individuales y de colectivos y, por desgracia para Barkley, tuvo menos de los dos parámetros de éxito, de los que probablemente su calidad como jugador merecía.

El baloncesto le debe un mayor reconocimiento en forma de premios individuales y colectivos, a un jugador capaz de promediar 22.1 puntos, 11.7 rebotes, 3.9 asistencias y 1.5 robos por partido en sus 1073 partidos como profesional y de, sobre todo, de ser un líder y un jugador determinante, allí donde jugó.

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