El equipo de Benítez fue claramente superior a un Roma temeroso de inicio y desquiciado al final. Tampoco salió a lo loco el Nápoles, sabedor de que un gol le metía en la final, pero cuando se hizo con el control, vapuleó a su rival. Abrió la lata Callejón (14 goles ya esta temporada), al cabecear a la red un centro medido desde la derecha de Maggio. El Roma acusó demasiado el tanto y se salió del partido, aunque aguantó con la eliminatoria totalmente en el aire hasta el descanso.
En la reanudación, se gustó el Nápoles. A los tres minutos, Higuaín cabeceó a la red un córner sacado desde la izquierda y peinado en el primer palo. Y en el 51' llegó la sentencia. Mertens filtró un pase entre los defensas romanistas y Jorginho definió sutilmente con el exterior: 3-0.
El Roma se desesperó totalmente y el San Paolo fue una gran fiesta. Con el viento a favor, el Nápoles pudo conseguir una goleada mayor, pero perdonaron Callejón, Hamsik (espectacular ovación en su cambio) e Insigne. La roja directa que vio Strootman por protestar fue la señal de que el Roma tiraba la toalla.