La izquierda organizada se ha convertido en el equivalente de un general para quien las tropas constituyen únicamente el medio de vencer. Le resulta ajena la realidad humana del soldado que sufre. A partir de Lenin, la izquierda se comporta exactamente así en relación con los pobres. Este aspecto, este único aspecto, es el que me separa radicalmente de la izquierda. Pero de aquí deriva el resto. La izquierda ha llegado a ser tan mentirosa e hipócrita como la burguesía, porque sigue proclamando su virtud, la defensa de los pobres. Continúa proclamándose la representante de las clases miserables. Pero miente. Sólo defiende y sostiene aquello que le puede servir para algo, lo que es utilizable, o bien para su propaganda, o bien para la acción directa. Utiliza a los pobres exactamente lo mismo que el Capitalismo. Los explota. Les hace caminar a su gusto sin reverlarles sus verdaderos objetivos. Les miente día tras día. ¡Recordemos la exclamación desengañada de Monatte en 1950! No tuvo que plantearse ninguna de las cuestiones que Sartre, el Inocente, se propuso trágicamente con motivo de su relación con el Partido Comunista. Le basto mirar la realidad. Pero Sartre remplazó desde el principio y para siempre lo real por lo imaginario. "Pero. bueno -se preguntará el lector-, a fin de cuentas, ¿quién defiende ahora en Francia a los trabajadores emigrados, quien defiende a los parados? ¿O es que éstos no son pobres verdaderos?"
Desde luego que sí, son los pobres utilizados actualmente por los fines de la izquierda, y sólo por ese motivo se hallan colocados en primer plano y tomados en serio. No existen por sí mismos, no existen en cuanto hombres despojados, alienados, vencidos, a pesar de los lagrimeos de los intelectuales izquierdistas. ¿Por qué digo cosas tan escandalosas? Por la más sencilla, por la más evidente experiencia histórica. ¿Por qué ante grupos igualmente pobres, igualmente oprimidos, por qué elige la izquierda la defensa de unos y no sólo olvida a los demás, sino que incluso los condena, los llena de vergüenza y desprecio les consagra todo el odio de los izquierdistas? Por razones tácticas, únicamente.