Es el que durante las fiestas se convierte en el mismísimo Papá Noel, y no por llevar un traje rojo, cabellos canos al viento o repetir incansable un grave «Jo, jo, jo», sino por adquirir su barriga debido a las millones de calorías que ingiere; a saber:
En Argentina: matambre relleno, vitel tonné, empanadas de humita, de carne y de palmitos con salsa golf, ensalada Waldorf, carré de cerdo con puré de manzana, tomates rellenos, arrollado primavera, ensalada de frutas, flan con dulce de leche, turrón, nueces, pasas de uva, almendras y pan dulce. Empieza bebiendo una cerveza Quilmes, sigue con un Cabernet Sauvignon o un Merlot, brinda con sidra o champán y termina con unos cuantos fernets.
En España: jamón serrano, pulpo a la gallega, revuelto de gulas con gambas, boquerones en vinagre, almejas a la marinera, pimientos del piquillo rellenos con bonito, cordero asado, salmón con patatas, polvorones, peladillas, turrón de Alicante, turrón de Jijona y mazapanes. Empieza bebiendo una cerveza Mahou, sigue con un Ribera del Duero o un Rioja, brinda con cava, continúa con orujo de hierbas o patxaran y termina con gin tonics varios.
Es el que se cree Rey y Mago: al creerse Rey piensa que él no tiene que mover un solo dedo en las fiestas, así que se sienta a la mesa y espera a que lo atiendan; y al creerse Mago piensa que puede hacer desaparecer su borrachera así como su prominente barriga a piacere, cosa que desde luego no consigue.
Es el que ni tiene camellos, ni mirra, ni oro, ni incienso; pero tiene mucho amor para dar, que es lo que realmente importa, ¿no?
¡Felices fiestas!