El nazismo en la literatura

Publicado el 17 octubre 2012 por Xula


En relación a la semana temática en la que estamos ahora mismo, se me ha ocurrido un tema de debate que creo bastante interesante. Y es la gran variedad (casi explosión en los últimos años) de libros relacionado con el nacionalsocialismo alemán, el holocausto y demás derivados del género. ¿Por qué?
Solo hace falta mirar la lista de novedades de las editoriales y siempre destaca algún titulo relacionado: La bibliotecaria de Auschwitz, que está entre los libros más deseados últimamente, es un claro ejemplo de ello. Aunque quizá este en concreto no sea un buen ejemplo ya que al incluir la temática “libros”, o metaliteratura como lo llaman ahora, suma puntos a su favor.
Otros títulos se mantienen siempre a pie de estantería, como El diario de Anna Frank o Suite francesa de Irene Nemirovsky. Son infinitas las posibilidades que podemos encontrar en este tema: clásicos y modernos, desde la perspectiva de la víctima o del superviviente, antes y después de la guerra…
Puede que un punto que nos lleve a leer sobre ello (y escribir, que es el paso fundamental para que llegue a nosotros) es la incomprensión. El no ser capaces de entender como el ser humano puede llegar a tales extremos de odio y crueldad.
Por ello, nunca se encuentra otro ejemplo mejor de maldad para crear el personaje odiado, y desencadenar en el lector un sentimiento de compasión y cariño por la victima protagonista. Porque no nos engañemos… pocas novelas encontramos en las que se trate desde el punto de vista del nazi.
Hay quien puede decir que esto no es cierto, que hay muchas en las que su protagonista es un alemán de la época, una persona de a pie raras de encontrar en una época donde había más militares que civiles. O tal vez nos cuenta la historia de un nazi arrepentido que salva vidas, de un agente infiltrado, o mil variaciones más. ¿Por qué hay tan pocas historias que reflejen la maldad sin pretender generar empatía?
Porque aunque hayan pasado ya casi 70 años desde aquello, es todavía un pasado muy reciente. Si habéis estado en Berlín, sorprende ver a dos policías haciendo guardia las 24 horas frente a la sinagoga en Oranienburger Strasse. ¿Para qué se necesitan, si la población esta concienciada y no volvería a pasar algo así? Pues porque siempre habrá un loco que tome las ideas e iniciar una nueva Reichskristallnacht (noche de los cristales rotos).
Y extrapolando la deducción, además de ser complejo ponerse en la mente del “odiador”, no creo que sea políticamente correcto escribir desde esta perspectiva. De hecho, ni siquiera creo que sea seguro hacerlo, por no dar ideas.
Otro aspecto que sorprende sobre esta fascinación, es precisamente que se dé en lectores españoles, sobre todo teniendo en cuenta que España no participó directamente en la segunda guerra mundial ni en el Holocausto. Aquí ya teníamos nuestros propios problemas, y nuestra época de oscuridad, que fue la Guerra civil. Quizá es un fenómeno comparable (en menor dimensión, teniendo en cuenta el carácter “local” del tema) todos los libros dedicados a la guerra y postguerra española.
Curiosamente, el tema ha dado pie a desarrollar argumentos imaginativos: ciencia ficción y nazismo es una combinación que ha tenido muy buenos resultados. Los niños de Brasil, que narra una hipotética situación en la que el doctor Menguele clonar a Hitler en su país de exilio, es un buen ejemplo de ello. También podemos encontrar vampiros en el holocausto, y estoy segura de que algo de zombies también hay en las estanterías de la Fnac y La casa del libro.
Menos fantasioso, pero igualmente perturbador es la novela del último premio Príncipe de Asturias de las letras, Philip Roth: La conjura contra América. En ella se narra la historia alternativa en la que Estados Unidos termina gobernado por un candidato afín al antisemitismo nazi, y ganan la guerra.
Podríamos seguir así toda una semana, enumerando y desgranando este tipo de historias. Pero es que no solo la literatura se ha visto fascinada por estas historias, sino que el cine también ha ayudado a ello, tanto historias verídicas como el reciente “El hundimiento” (o “La caída”, como fue traducido en Latinoamérica) hasta Malditos bastardos, film de Tarantino bastante ficticia.
Sin duda es un tema que tiene mucho jugo que sacar, y aun seguirá explotándose. Hay mucha gente muy interesada en el tema, tanto las novelas de ficción como en la bibliografía histórica. Dado que la mayoría de nosotros solo suele leer novela (ficción), podría ir haciéndose una recopilación de obras interesantes que versen sobre el tema.
Empecemos por El hombre de Grafeneck…