Según los resultados preliminares la Liga Nacional para la Democracia (NDL, centro-izquierda, socialdemócrata) de Aung San Suu Kyi habría perdido 4 de los 11 escaños que se jugaba en las elecciones parciales del 3 de noviembre en Myanmar. El NDL habría perdido el escaño vacante al parlamento regional de Sagaing (Tamu 2) y el escaño vacante al parlamento regional de Yangon (Seikkan 2) ambos a manos del pro-militar Partido de la Unión de la Solidaridad y el Desarrollo (USDP, derecha, nacionalismo birmano), segunda fuerza política del país tras los de Aung San Suu Kyi. Pero lo más importante, el NDL habría perdido también a favor del USDP el único escaño en liza para la Cámara de las Nacionalidades (Cámara Alta), Kachin 2. El otro escaño que pierde el NDL es el vacante en el parlamento regional de Chin (Matupi 1) a manos del candidato de la coalición de partidos étnicos Chin, perdiendo de esta manera la mayoría de 12 escaños (de un total de 24) en esta asamblea regional.
La Liga por la Democracia de las Nacionalidades Shan (SNLD, centro-izquierda, etnias Shan) mantiene su escaño por Leikha a la Cámara de Representantes birmana ( Pyithu Hluttaw). Por último el Partido Nacional Arakan (ANP derecha, nacionalista budista, etnia rakhine) pierde el escaño de Rathedaung 2 al parlamento regional de Rakhine ante U Tin Maung Win, hijo de uno de los antiguos líderes del ANP Aye Maung, detenido desde enero por criticar públicamente al gobierno.
Agria jornada por tanto para el gubernamental NDL, que pierde cuatro escaños pero que logra mantener sus tres escaños en liza a la Cámara de Representantes y su amplia mayoría absoluta (255 de 440 escaños). Tímido avance del USDP, que logra dos escaños en parlamentos regionales y uno en la Cámara Alta, y de los partidos étnicos que en el caso de Chin han conseguido acabar con la mayoría absoluta del NDL en su parlamento regional. De un total de 13 escaños en juego el NDL habría conseguido 7, el USDP 3 y los partidos étnicos 3. A dos años de las elecciones de 2020 estos resultados muestran que el NDL sigue sin tener rival electoral pero tendría más difícil repetir la victoria abrumadora de 2015.