Revista Cultura y Ocio

El negociado del yin y del yang, de Eduardo Mendoza

Publicado el 02 diciembre 2019 por Covadonga Mendoza @Cova_Mendoza

El negociado del yin y del yang, de Eduardo Mendoza

El negociado del yin y del Yang

Rufo, protagonista de "El Rey recibe", continúa contándonos su vida y aventuras a finales de 1975, con la muerte de Franco como telón de fondo.

La segunda parte de la trilogía de Eduardo Mendoza, iniciada con "El Rey recibe", sigue en la línea de la anterior, aunque a mí me ha gustado más. Se pueden poner muchas pegas a este libro, pero desde luego no a la calidad de escritura del autor. Esa fluidez narrativa, que parece tan fácil, es obra de un maestro con mucho oficio en las letras. Tan es así que incluso aunque "no pase nada" en la historia, aunque se recree con anécdotas y situaciones banales, te engancha y te resulta placentero seguir leyendo. Para mí esto es algo muy meritorio.

No sabría decir por qué el libro me ha parecido más entretenido que la anterior entrega. Quizás porque ya sabía lo que iba a encontrar y no esperaba más.

Rufo Batalla nos cuenta su vida en Nueva York y su traslado a Barcelona debido a los cambios que tienen lugar con la muerte de Franco, con menciones a su familia y sus relaciones con ella y otras personas. Pudiera ser que Mendoza use este personaje para hacer una crónica del período histórico de finales de la dictadura e inicios de la transición democrática, con lo que el lector no interesado en la época podría salirse de la narración.

El personaje continúa con su lucha contra la mediocridad y lo común, buscando su lugar en el mundo, viajando por él y conociendo gente de lo más excéntrico. Enamorándose también. En realidad, muchas de sus decisiones resultan poco comprensibles, sobre todo las que tienen que ver con su relación con el Príncipe Tukuulo.

Y aquí es donde percibo el principal fallo de la novela. La trama del Príncipe, que a priori resulta más interesante por aventurera y exótica, aparece intercalada en la otra de forma un poco aleatoria. En algunos momentos parece como si se juntaran dos novelas diferentes en un mismo tomo, sin casi relación. Además, en esta entrega, hay fragmentos dignos de una peli de aventuras que no pegan con la vida anodina del protagonista, quien se relaciona con mucha soltura con personas ajenas a su ambiente, mientras finge ser el príncipe. Y una vez terminada la misión encargada por el excéntrico aristócrata, Rufo regresa a su mundo cotidiano normal, con lo cual se nota más el choque entre las dos historias.

Con todo, es una lectura agradable si se obvia el carácter fragmentario de la historia de Rufo Batalla, se es consciente de lo que ofrece el libro, y se entra en ese juego. Para todos los demás quizás resulte un libro descentrado, desconcertante, irregular, soso y sin un objetivo claro.

En resumen, una obra muy bien escrita en cuanto a redacción, pero algo descompensada, con dos tramas principales que no encajan de forma satisfactoria. A mí me ha gustado, pero a lo mejor es porque ya conocía al personaje de la anterior. Sigo pensando que la trama del Príncipe debería ser la principal por más novelesca, pero Mendoza ha optado por darle un tratamiento secundario. Es lo que hay.

¿Qué te ha parecido la reseña? ¿Te apetece leer este libro? ¿Ya lo has leído? (Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. El blog no se hace responsable de los spoilers que puedan aparecer en los comentarios, ya que Blogger no permite editarlos. Se ruega que se ponga un aviso si se van a mencionar. Gracias por tu opinión)


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