Es un dolor punzante, profundo, agotador, es la peor de las torturas.
He aquí un testimonio desgarrador de una madre que describe cómo los Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid le han robado a su querido hijo Pablo: le engañaron para quedarse con su hijo al que ella atendía perfectamente en su casa. Ahora, el niño está empastillado, con marcas de golpes y de haber sido atado a la cama.
Esto mismo ya ha sido denunciado en Cataluña, Baleares y Comunidad Valenciana donde padres que denuncian bullying en la escuela, acaban viendo cómo los Servicios Sociales van a sus casas, redactan un informe en el que recomiendan que el niño sea retirado a la familia. Aprovechan cuando el niño está en el centro escolar para llevárselo a la fuerza. Los centros de menores cobran entre 4.000 y 5.000 euros por niños al mes y hasta 8.000 euros, cuando el niño necesita "tratamientos especiales".
Muchos padres sospechan que, en algunos casos, hay un negocio detrás y que Servicios Sociales, centros escolares y psicólogos de los centros de menores trabajan juntos. Una asociación de lucha contra el acoso escolar comentó que una psicóloga le había reconocido que la directora del centro le pidió que redactara un informe negativo de un menor, para que el niño se quedara unos meses más porque si no lo hacía, la despediría.
Por supuesto que tener un niño en un centro de menores no cuesta 4.000 euros al mes, por eso, tener un niño ingresado es un negocio. En lugar de dar ese dinero a las familias para ayudar a mejorar la vida familiar, se lo entregan a los centros de menores.
Escuchen el testimonio de esta madre. Es tremendo. Podemos ayudarla haciéndolo viral.
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