Abandonamos Sabang en el Jeepney local rumbo a “the Junction” donde debíamos coger el autobús hacia El Nido. Este viaje era más largo en distancia que el de Puerto Princesa a Sabang, pero más corto en tiempo ya que esta vez no cogimos el bus “lento”.
Y llegamos a El Nido y entendimos el por qué del nombre. El Nido se encuentra en una pequeña bahía rodeada de montañas rocosas que se alzan verticales como Montserrat y que rodean al pueblo a modo de muralla, haciendo que la playa en la que nace el pueblo parezca el huevo perfecto para anidar.
El Nido lo puso en el mapa Jacques Cousteau al definirlo como la zona más impresionante en la que había hecho submarinismo, y eso es decir mucho (Cousteau, entre otras cosas fue uno de los dos inventores del Aqualung, el sistema moderno utilizado para hacer submarinismo).
A pesar de estar en temporada baja, encontrar alojamiento no fue fácil ya que El Nido es Lloret de Mar. Había pensiones o guesthouses donde no tenían suficiente personal por lo que ponían el cartel de “no hay camas” a pesar de tenerlas libres, otras te decían precios desorbitados para que se te quitasen las ganas de quedarte… en fin. Al final encontramos una habitación en la calle principal a un precio razonable para la zona.
En El Nido hay dos cosas que hacer: submarinismo y los Tours de “island hoping” (navegar de isla en isla) llamados A, B, C y D. En todas las tiendas y locales te venden los mismos cuatro tours, con las mismas condiciones y los mismos precios (por supuesto siempre se puede rebajar un poco si lo organizas desde tu alojamiento).
Nosotros optamos por hacer el Tour A, que tiene las típicas “laguna secreta”, “lago escondido”, “playa desierta” y demás memeces que tanto nos gustan a los guiris.
Como esperábamos fue una turistada. Nos llevaron en bangka a diferentes islotes donde tenían montados diversos tinglados: bares con cocos, bares sin cocos, bares con hamacas, lagos llenos de medusas hasta los que había que llegar nadando o alquilando un kayak… lo típico. La comida en la bangka buenísima, eso sí. Es impresionante lo que pueden llegar a cocinar con un camping gas.
Al día siguiente decidimos que lo de hacer el resto de los tours no iba con nosotros, además Marina se había resfriado. Así que optamos por submarinismo. Yo hice submarinismo y Marina vino en la bangka e hizo un poco de buceo con gafas y tubo.
Cuando Jacques Cousteau llegó por primera vez a esta zona se impresionó por la diversidad, tanto de flora como de fauna, de sus aguas. Actualmente casi todo es coral muerto y hay pocos peces. Los filipinos son muy rápidos cobrando tasas ambientales pero son incapaces de enseñar u obligar a las empresas de tour A, B, C, D o submarinismo que no se deben anclar los barcos a los arrecifes de coral, porque los matas. Todo muy feo, marrón y sucio.
El día antes de irnos de El Nido decidimos alquilar una moto e ir a pasar el día por alguna playa típica filipina algo alejada de la población. El trayecto en moto fue divertido: carreteras de hormigón a medio hacer, barrizales resbaladizos a causa de las lluvias, caminitos de cabras con un palo bloqueándolos donde una niña de 5 años te cobra por mover el palo… Al final condujimos la moto a través de un bosque de mangos hasta llegar a un playa de arena blanca enorme donde no había nadie. Entendimos por qué ben rápido. Las moscas nik-nik. Son como una miniversión de las sandflies que tenemos aquí en Nueva Zelanda, pero más organizadas y suicidas: un par de distraen por el brazo izquierdo mientras centenares de acribillan por el derecho.
Nos dimos el bañito de rigor y nos fuimos pitando hacia la playa más conocida (Duly Beach), que al final resultó ser un acierto. Había gente, locales y turistas, un bar-restaurante y un montón de arena para sentarse y no hacer nada. Casi no había nik-nik así que se estaba muy bien.
Antes de devolver la moto nos fuimos al otro lado de las montañas que rodean El Nido para ver atardecer, desde un pueblecito llamado Las Cabañas.
De El Nido nos fuimos hacia lo que fue la estrella de nuestras tres semanas en Filipinas, Corón, en la isla de Busuanga. Pero esta aventura llegará en la próxima actualización.Enrique & Marina