El Nilo pasa por Bilbao

Por Theblackcity @Theblackcity

Me encanta probar cosas nuevas. Gastronómicamente hablado, me refiero. Nuevos sabores, texturas, y presentaciones, y para ello, no hay nada mejor que ir a un restaurante internacional. Hace una década (o más) no teniamos tan a mano un Kebab, o un restaurante oriental, o un simple italiano. Y fijate, ahora, está todo plagado de ellos. Sin embargo, el restaurante Capuccino es un local de toda la vida, de los primeros restaurantes egipcios (y el único en el que he comido) en Bilbao.
Es un restaurante pequeño, con un par de mesitas en la entrada, y una larga barra, donde los clientes comen, como si del Florida se tratara. Y es que muchas veces, si te dan de comer bien, te da lo mismo el sitio. Allí que me planté con J, sin tener mucha idea de qué pedir, ni cuánta cantidad, vamos que íbamos de guiris total. 
Pues nada, vamos a pedir un par de platos, y compartimos, total, nos da lo mismo, ¡todo tiene buena pinta! Kafta, y pitta del chef: el primero, unas tortitas rellenas de una especie de pequeña hamburguesa/albóndiga con lechuga y tomate, tres unidades, que nos supieron a muy poco. Bueno, a ver si con la pitta, nos llenamos. La pitta era una torta del tamaño de una pizza individual, rellena de verduras y carne: sabrosisima, de muy buen sabor, con especias y sésamo. Delicioso. Pero escaso. Nos habíamos plantado en las once y media pasadas, entre la espera en la barra, y los platos, así que decidimos ir a por el postre, por eso de que no se nos hiciera muy tarde. A mi se me antojó un postre con canela, que venia en la carta, y del cual me quedé con ganas de probar, ya que no tenían. NI ese ni otros dos más, nos tuvimos que conformar con una tarta de queso, que ni frío ni calor, y un "nido" de cabello de ángel, chocolate algún tipo de pasta hojaldrada. Vamos, una bomba de azúcar. Nada, no hubo éxito con los postres. 
Y es que lo malo de estos restaurantes, es que no sabes qué pedir, no sabes qué cantidades son las mejores, no sabes cuál es la especialidad, y muchas veces, el cliente, anda perdido. Como nosotros.
CAFE CAPUCCINOC/Gordoniz, 2. Bilbao.
Sin duda merece la pena ir, pero sabiendo que no puedes salir de alli sin probar el hummus, el falafel, y las pitas. Vamos, no como yo, que no sabiamos ni por donde nos daba el aire, y encima, nos quedamos con hambre. Eché de menos un poquito más de ayuda por parte del camarero, ademas de servir, muchas veces es un perfecto comercial!Merece la pena ir en verano, y cenar en la terraza, pero al igual que la hamburgueseria Florida, hay que ir con paciencia, pocos sitios, y muchos clientes.
Kafta.
Pitta del chef.
Tarta de queso (una más, del montón)
Bomba no apta para diabéticos.