Mientras tanto, el dictador del petróleo continúa bombardeando a su pueblo, mañana se reunirán no sé dónde para estudiar la situación. Cuentan que bajo el fuego envía sus crónicas una periodista valiente, nada que ver con otros "conflictos" teledirigidos en la era de la tiranía de la comunicación. Ni demagogia, ni leches. La radio ilustra la contienda mundial, por aquí ostentamos varios títulos mundiales de fútbol y de paro, por allá muere la gente a mansalva, por aquí olvidamos ya los días de apoyo y rechazo a la invasión de Afganistán y demás, qué sabe naide, y nos entretenemos clavando agujas al adversario, muñecos de trapo, al carajo el discovery, este mundo anda descaminao. El soldado del carro de combate infantil tiene una misión de paz. De momento, en las entrañas de tremendo armatoste, pertrechado hasta las cejas, mimado por las circunstancias, el niño apenas da por saco. Pero se está quedando con tó. Se deja querer, se hace fotos con sus jóvenes abuelos, se está haciendo caca, se ha prendido una luz en el sistema de control de la sillita electrónica y cunde el pánico entre los suscriptores de Ser Padres, Ser Carajotes.
Mientras tanto, el dictador del petróleo continúa bombardeando a su pueblo, mañana se reunirán no sé dónde para estudiar la situación. Cuentan que bajo el fuego envía sus crónicas una periodista valiente, nada que ver con otros "conflictos" teledirigidos en la era de la tiranía de la comunicación. Ni demagogia, ni leches. La radio ilustra la contienda mundial, por aquí ostentamos varios títulos mundiales de fútbol y de paro, por allá muere la gente a mansalva, por aquí olvidamos ya los días de apoyo y rechazo a la invasión de Afganistán y demás, qué sabe naide, y nos entretenemos clavando agujas al adversario, muñecos de trapo, al carajo el discovery, este mundo anda descaminao. El soldado del carro de combate infantil tiene una misión de paz. De momento, en las entrañas de tremendo armatoste, pertrechado hasta las cejas, mimado por las circunstancias, el niño apenas da por saco. Pero se está quedando con tó. Se deja querer, se hace fotos con sus jóvenes abuelos, se está haciendo caca, se ha prendido una luz en el sistema de control de la sillita electrónica y cunde el pánico entre los suscriptores de Ser Padres, Ser Carajotes.