He de decir, que mi hijo el mayor, es un pelín marranote. Incluso, el babero que llevan al comedor, su hermano pequeño lo trae limpísimo y el mozo, hecho un asco. Ya sé que está feo comparar entre hermanos, pero leñe, que los educas igual y mira tú. El caso, que a la enésima vez de plantarme las manazas en las baldosas de la cocina, decidí hacer con él un “manual de modales en la mesa”. Navegando por “internete”, encontré una serie de consejos para ayudarle: - Darle ejemplo. Los niños aprenden por imitación, así que tendremos que esforzarnos nosotros también.
- Alguna vez simular que te equivocas, para que vea que no pasa nada si mete la pata, así te corregirá y reforzarás el hábito.
- No le enseñes todas las normas a la vez, o lo volverás loco.
- No regañarle cuando haya gente delante.
- Muéstrate efusivo y alábale cuando vaya haciendo progresos.
- No te muestres impaciente y le grites si después de varios días aún sigue siendo un guarrete. Todo requiere su tiempo.
- Inventarse algún juego para que comprenda mejor las reglas y le resulte más fácil aprenderlas.
- Lo importante es que creen unos hábitos a la hora de la comida y que tu hijo gradualmente vaya adquiriéndolos, sin agobios ni prisas, puesto que al fin y al cabo es todavía un niño.
- ESTO PARA LOS PAPAS-MAMAS: contar hasta 20 y hacer respiraciones con el diafragma para relajarse, inspira, y suelta el aire por la boca. Repite: “soy un tronco de bambú, hueco, mmmmmmm”. , JAJAJAJA.
Este es el “Manual familiar”:
El del Niño marrano es más heavy, pero por si acaso, así no se me van los niños de las manos