Un régimen deja de ser democrático cuando la oposición es encarcelada y se limitan sus derechos. Un régimen pasa a ser, además, repugnante, cuando el gobierno reprime con fuego real las manifestaciones. Y cuando sus policías ejecutan a sangre fría a niños.
Venezuela no se merece toda la miseria que le ha traído el socialismo bolivariano del siglo XXI. Y creo que esto no va a acabar nadie bien...