El niño y su concienciaEn una cercana ciudad vivía el niño Roberto con sus padres y su hermano pequeño, pero muchas veces no se portaba bien ya que mentía mucho y se peleaba con su hermano y amigos.
Una noche mientras dormía se le apareció una linda figurita transparente la cual no dejaba de moverle la almohada.
_ ¿Quién eres y por qué no me dejas dormir?_ preguntó el niño Roberto._ ¡Soy tu conciencia! La que hace que cuando te portas mal sientas una sensación incómoda dentro de ti._ ¡Déjame tranquilo, quiero dormir!_ dijo Roberto.En ese momento la conciencia se sentó a su lado y comenzó a recordarle todas las cosas que había hecho mal.Pero Roberto comenzó a luchar con su conciencia hasta que al final se cansó y la acalló ignorándola totalmente.Al día siguiente se fue al colegio y allí también tuvo una conducta incorrecta con sus compañeros de clase y con su profesora.Al llegar la noche sentía un gran peso dentro de él y no hallaba qué hacer. Era como si llevara una carga muy pesada. Entonces se le apareció nuevamente la linda figurita transparente moviéndole la almohada. Y esta vez decidió escucharla._ Si quieres mantener el respeto y la amistad con los demás, debes reconocer tus errores y pedir perdón con humildad.Es importante tener una conciencia limpia para vivir en paz con Dios y con los demás._ ¡No sé si debo escucharte! _ expresó Roberto._ Es bueno escuchar tu conciencia, porque si no lo haces, tu corazón se pondrá duro y llegará un día en que harás cosas malas sin sentir remordimiento_ le susurró su conciencia._ ¡Desde hoy te escucharé siempre!_ dijo Roberto.Al día siguiente cambió totalmente su conducta y empezó a orar a Dios cada noche para que le ayudara. Desde entonces dormía con su conciencia tranquila.Autora: María Abreu(Juan 8:9) Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó sólo Jesús y la mujer que estaba en medio.