“El nombre del viento” de Patrick Rothfuss: releyendo el primer libro de la trilogía “Crónica del asesino de reyes”

Publicado el 21 octubre 2018 por Rous85

“El nombre del viento” da inicio a la trilogía de fantasía y magia de Patrick Rothfuss

Acabo de releer “El nombre del viento” la primera entrega de la inacabada trilogía de Patrick Rothfuss llamada “Crónica del asesino de reyes” que narra la vida de Kvothe, su polifacético y descarado protagonista en un mundo con tintes fantásticos. Durante unas breves vacaciones que he tenido me apeteció acercarme de nuevo a esta historia que leí por primera vez hace ya bastantes años y así, de paso, he refrescado la trama para poder dedicarle una reseña en mi blog. Así que allá va…

“El nombre del viento” comienza con el propio Kvothe de adulto, quien regenta una humilde posada a pesar de que presumiblemente su pasado esconde maravillosas proezas, llegando incluso a haber sido conocido como asesino de reyes. Saber cómo ha llegado a este punto es el misterio que subyace tanto en este primer libro como en su continuación “El temor de un hombre sabio”. Para ello, hay que indagar en el pasado de este protagonista, el cual empieza a desvelarlo en primera persona cuando un historiador conocido como Cronista entra en su posada y llega al acuerdo de escribir su historia siempre y cuando sea capaz de recogerla en tres días. “El nombre del viento” se centra pues, en este primer día en el que Kvothe habla sobre su infancia en una troupe de artistas errantes de la que se ve cruelmente arrancado tras ser asesinada al completo por los Chandrian, unos misteriosos seres al parecer indignados por la información que el padre de Kvothe estaba recogiendo para una canción. El pequeño debe sobrevivir a partir de ese momento a base del pillaje y se convierte en un ladronzuelo, pero su objetivo siempre será el de poder matricularse en la Universidad, aprender todo sobre los Chandrian y convertirse en un arcanista (una especie de mago o alquimista capaz de controlar los elementos).

Kvothe consigue ingresar en la Universidad, pero sus problemas no acaban aquí y deberá seguir buscándose la vida para costear sus numerosos gastos de estudio y sustento para lo cual aprovecha sus numerosos talentos como el dominio del laúd. Además de granjearse poderosos enemigos que le  pondrán obstáculos en su ascenso académico, el joven vivirá una serie de aventuras y disfrutará de la amistad de otros chicos como Simmon, Denna o la misteriosa y adorable Auri.

Tengo que aclarar que, aunque este libro tiene una trama que me atrae poderosamente (sobre todo la que se centra en la Universidad y sus materias) y es bastante entretenido, también adolece de frenar el ritmo a veces, volviéndose lento y reiterativo en ocasiones. También tiene algo de relleno y tengo que confesar que me aburren bastante los pasajes en los que Kvothe está a solas con Denna, la protagonista femenina que no me acaba de gustar mucho. Sin embargo, esta historia merece mucho la pena por sus elementos mágicos, las dosis de aventura y acción, el desparpajo y la inteligencia de Kvothe, sus momentos divertidos, y las dosis de intriga y misterio que se van incorporando.

Pronto voy a volver a leer su continuación (la cual recuerdo también buena pero con bastante relleno) y me sumo una vez más a las numerosas voces que reclaman que Rothfuss se digne a publicar de una vez la conclusión de esta trilogía que se está eternizando y que de momento deja demasiadas cosas en el aire. Espero que no tardemos mucho en poder tener en las manos “Las puertas de piedra”, pero me temo que antes aprenderemos a llamar al viento…

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