Gerald Henderson ha apostado por el segundo. Al base novato de los Charlotte Bobcats poco o nada le ha importado que su jefe sea el mismísimo Michael Jordan. Para estrenar su compra de la totalidad de la franquicia, Jordan fue a ver a sus jugadores al entrenamiento y retó a Gerald Henderson a un concurso de tiro, el clásico 'BURRO' o 'POTRO' que en EE.UU. es el HORSE: haces una jugada o tiro y tu rival ha de igualarlo, de lo contrario va sumando letras y si completa HORSE, pierde.
Henderson le ganó el primer partido (video) a Jordan, que empezó ganando el segundo anotando un tiro libre con los ojos cerrados. Aun con pantalones vaqueros tomó la delantera con un triple y picó al novato: "¿Qué te pensabas, que sólo había machacado en mi carrera?". Henderson, producto universitario de Duke, la archienemiga de de la North Carolina de MJ, no se cortó:"Acabarás fallando en algún momento". Jordan siguió: "Eso pensaban en Cleveland" (en referencia a su tiro en el último seguido para ganar los playoffs de 1989). Pero Air empezó a fallar y Henderson ganó también el segundo. No hubo tercero. "Creo que se iba a jugar al golf ahora, pero es genial tenerle por aquí", comentó Henderson.
La anécdota sirve para iustrar el planteamiento inicial y que tipo de persona prefieres/puedes ser ante tu jefe. A muchos de los jugadores les habría temblado la mano sólo de haber hablado con Jordan (normal, a mí se me cayó la grabadora al suelo al entrevistarle), otros habrían dejado ganar al jefe y otros, como Henderson, habrían intentado ganarle. Seguro que Jordan preferiría algo de competitividad, como así ha sucedido con el novato. Ahora toca debate sobre la actitud del rookie con su jefe: ¿Personalidad, temerario, inconsciente?
Recuerdo que cuando entrevisté con Eugenio a los campeones del mundo y al seleccionador para 'Basuketoboru, la Selección Española de Baloncesto desvela sus claves para triunfar', tocamos el tema de si es bueno rebatir al jefe. Todos los jugadores aseguraron que sí dentro del respeto y la cordialidad. Es bueno el diálogo y la comunicación, e incluso comentaban la anécdota de cómo variaron la táctica en defensa de un partido a petición del grupo. Pepu, entonces seleccionador, también argumentaba que prefería jugadores que se rebelasen en cierto modo y que alzasen la voz.