Le llaman shared value y lo defienden personajes tan importantes y conocidos como el archifamoso Michael Porter. Se trata, dicen, de que la gestión de la empresa se oriente a la creación de valor para todos, y no sólo para el accionista. Es la manera de conseguir una rentabilidad sostenida y sostenible. Es la evolución eficaz del desgastado concepto de la “responsabilidad social corporativa”, del que sólo hablan los departamentos de relaciones públicas, y que se ha convertido en una idea vacía.
Vamos a oir hablar de él en los próximos meses/años. Porter amenaza con un libro sobre el tema. Los CEO de algunas de las grandes empresas se muestran entusiasmados. También hay escépticos.
En cualquier caso, en mi libro “Empresas que van solas” (antes publicado como An-entropía: el secreto de las empresas exitosas, en Deusto), ya hablaba hace unos años de el valor compartido como el secreto del éxito. Ahora se trata de llevarlo un poco más allá. habrá que estar atentos.