El edificio dispone de espacios abiertos destinados al proceso creativo que, en un alarde de originalidad, tienen nombre de sopas y productos vinculados con la empresa, como la sala Borsch (una sopa rusa) o la sala Harira (caldo marroquí).
Una de las innovaciones que presenta se centra en la movilidad del puesto de trabajo. Cada empleado tiene una taquilla en la cual dispone de un portátil y un smartphone. Así pues al llegar al centro, tiene que recoger este equipo y ubicarse donde lo desee, bien en puestos convencionales con ordenadores de sobremesa o en mesas de grupo.
Las instalaciones cuentan con un plan orientado a fomentar la actitud saludable en el trabajo, desde incentivos para utilizar las escaleras en lugar del ascensor a través de carteles y mensajes de ánimo en cada peldaño, hasta la presencia continua de cestas con manzanas. De hecho en la segunda planta tienen instalado junto a la cafetería, una zona de lactancia, un gimnasio y un área de distensión con videojuegos y un futbolín.
Paralelamente a la satisfacción laboral que intentan conseguir incrementando el buen ambiente laboral, también se apuesta por la sostenibilidad como por ejemplo aumentando las videoconferencias y comunicaciones electrónicas para reducir el consumo del papel.
Con todas estas medidas la empresa espera que haciendo un entorno menos rígido y más adaptable, mejora la satisfacción, aumenta la comodidad de los empleados y al final se materializará en una mayor productividad y un menor absentismo laboral. Esta puerta es la que se debería de tomar en el resto de las empresas españolas que quieran subirse al vagón del progreso, puesto que no debemos de olvidar que el capital humano es una pieza de vital importancia.
[FOTO: Autor_Francisco Nebot]