El nuevo realismo: conociendo la realidad

Publicado el 20 agosto 2014 por Alfonso Bárcena @razonable_a_72

¿Podemos realmente conocer nuestra realidad? ¿Podemos describir los hechos tal como son? Existen en filosofía y en la ciencia grandes discrepancias a la hora de determinar qué podemos realmente conocer. Últimamente en cambio, ha aparecido una nueva corriente de pensamiento optimista denominada Nuevo Realismo y propugnada por el filósofo alemán Markus Gabriel, que nos exponen que podemos conocer los hechos tal como son. La vida cognitiva, nuestra vida como seres humanos, no es una ilusión. Podemos conocer la cosa en sí, como decía Kant y hay además verdades éticas evidentes (no matar niños por ejemplo).
La realidad se nos aparece a cada uno como campos de sentido, como sitios en los que estamos a lo largo del día. Nuestros sentidos no nos engañan. Podemos reconocer la realidad de los productos humanos (arte, pensamiento, democracia...). Esta denominada ontología de los campos de sentido habla de cosas que no son físicas pero sí reconocibles: gobiernos, sueños, amor... Todo existe porque aparece a los seres humanos en un campo de sentido. La democracia no es un objeto espacio-temporal, pero en cambio se nos aparece y tiene sentido en nuestro día a día.
Ser realista en filosofía no significa necesariamente fundar todos nuestros pensamientos en la naturaleza. La Ontología simplemente significa que el mundo tiene sus leyes y las hace respetar (el agua moja y el fuego nos quema más allá de que podamos conceptualizar al agua por ejemplo como H2O). Lejos del irrealismo de la postmodernidad que afirma que "no hay hechos sino sólo interpretaciones", el Nuevo Realismo lleva la crítica incorporada al partir de describir "así son las cosas", para después intentar cambiarlas. Podemos finalmente reconocer la realidad de los gobiernos, de los pensamientos de la filosofía, el arte. Los hechos consisten en conceptos que expresan propiedades. El mundo sería entonces la totalidad de los hechos pero sólo existe lo que se nos aparece en nuestro campo de sentido. El mundo como concepto aglutinador no existe. El todo no puede ser parte de sí mismo. Lo revolucionario es la afirmación que, a pesar de las corrientes de pensamiento predominantes actuales, puede que no todas las cosas estén conectadas unas a otras por una especie de supraestructura. Afortunadamente no hay determinismo sino libertad humana con infinitas posibilidades a explorar (como decía Sartre: estamos condenados a ser libres).
Existir puede tener dos variantes principales: 1) La de la ciencias físicas: que determinan lo existente solo en lo que se puede mesurar (numéricamente) a modo de objetos en el espacio-tiempo y 2) la filosófica: para la cual lo existente son los hechos que aparecen en un contexto. La Física es la disciplina que más está intentando describir toda la realidad llegando a hipótesis y tesis que contienen un alto valor a la hora de intentar reconocer esa realidad física en la que también vivimos:
  1. ¿Y si el tiempo fuera una ilusión? El físico británico Julian Barbour cree que el universo no es otra cosa que una gran colección de momentos (lo que el llama el montón) y cada uno de ellos, una colección de cosas. No tiene sentido querer ordenar cronológicamente esos diferentes momentos. Simplemente están y punto. Haciendo una analogía, es como reproducir una película en DVD que aleatoriamente salta hacia adelante o hacia atrás. Los protagonistas no encuentran ningún problema: ellos hacen lo que tienen que hacer, y siempre lo hacen. Así cada instante del espacio-tiempo es como una secuencia de una película, que en esencia consiste en nuestra memoria y recuerdos, es como un conjunto de diapositivas  que provocan la sensación de paso del tiempo. Esa sensación no requiere la existencia de escenas previas, de momentos previos: todo está contenido en esa diapositiva (DVD) particular del Universo. Hay "ahoras", nos movemos a través de una sucesión de ahoras que son las configuraciones de todas las cosas en el Universo, unas con respecto a otras, en cualquier momento, por ejemplo, ahora. El  espacio y tiempo absoluto sería como un bloque de vidrio traslúcido que se extiende desde el infinito hasta el infinito; es un marco de referencia fijo en el que todo sucede. El problema es que no podemos ver ese marco invisible; todo lo que vemos son cosas que se mueven unas con respecto a otras y es lo que utilizamos para medir el paso del tiempo. No existe un marco de referencia absoluto sino relaciones de unos objetos con otros.
  2. ¿Es el Universo cíclico? La teoría de cuerdas nos expone que cada partícula que vemos es en realidad un pequeño trozo de cuerda. Hay objetos llamados branas, abreviatura de membranas, que son básicamente versiones de cuerdas en dimensiones superiores. Algunos físicos sugieren que el cosmos surgió cuando una brana o membrana de cuatro dimensiones chocó con otra paralela. Si dos branas colisionan podrían haber sido el Big Bang y este accidente podría repetirse cíclicamente. El modelo cíclico surgió de la idea que cada Bang fue seguido por otro, y esto podría haber existido durante toda la eternidad. El Universo entero podría haber existido siempre, y habría habido una serie de Bangs, que se extienden hasta el pasado infinito y se extenderían hacia el futuro infinito.
  3. ¿Existe un Universo elegante? Una teoría unificada de un universo elegante que haga predicciones únicas y verificables ya no parece posible. La teoría de cuerdas admite un gran número de versiones ( o soluciones 10^100) diferentes, cada una de las cuales describe un universo con diferentes leyes de la física. Las propiedades básicas de un Universo, como su dimensionalidad, la naturaleza y las intensidades de las diferentes fuerzas y las masas de las partículas elementales varían de una teoría de cuerdas a otras. El principio antrópico no se puede refutar: afirma que ante la existencia de un conjunto de Universos posibles (mutiuniversos), al menos uno de los cuales tiene las propiedades que ya se han observado como ciertas en el nuestro y que permiten nuestra existencia como humanos.
  4. ¿La imagen que tenemos del Universo cambia en cada época? En efecto, cada época utiliza la tecnología predominante como una metáfora de la naturaleza y el universo:
  • En Grecia: se apreciaban los instrumentos musicales, la regla y el compás. La cosmología griega fue estructurada a partir del número, armonía, proporción; formas tomadas de la matemática.
  • S.XVIII: con Newton la fascinación eran los mecanismos de relojería. El Universo fue concebido como mecánico con todas la partes interconectadas y marchando con precisión infinita. 
  •  S. XIX: la máquina de vapor supuso la principal innovación. El universo era representado como una enorme máquina térmica o máquina termodinámica, deslizándose hacia la muerte térmica. El Universo empieza con una baja entropia y al final tiene una entropia muy alta.
  • S.XX-XXI: los ordenadores y computadoras son la máxima innovación. La naturaleza se entiende como un proceso computacional de procesamiento de información que un ordenador cuántico puede procesar. Se extiende la idea de que podríamos estar viviendo en una simulación (Matrix). El proceso de información aumenta de forma exponencial a nivel subatómico y cuántico y es quizás aprovechado por la naturaleza en una búsqueda cuántica en el árbol de decisión química, en donde la vida evolucionada es "el ganador".

Parece pues que nuestra mejor descripción de la realidad implica la necesidad de varias perspectivas: la realidad física (de objetos en el espacio-tiempo), solo discernible a través de la realidad mental (o consciencia) construida por nuestro cerebro y solo puede describirse si utilizamos los conceptos de la realidad matemática y social que existen en paralelo a nuestro mundo físico. El Nuevo Realismo no es determinista: la infinitas posibilidades de la libertad humana nos hacen afortunadamente libres para elegir y cambiar nuestra realidad dándole el sentido que nosotros personalmente elijamos.