La educación ha de prevenir el odio expandido: se odia a todos los palestinos por lo que ha hecho Hamás, se odia a todos los judíos por lo que han hecho los sionistas, se odió a todos los alemanes por lo que hicieron los nazis.
La asignatura de historia no ha de ser un mero relato del pasado, ha de ser también una vacuna para el presente y el futuro frente a los errores cometidos reiteradamente por la humanidad. El odio expandido, uno de estos errores, es doblemente nocivo, se odia a los autores de hechos crueles, pero también a inocentes que coinciden con estos en determinadas circunstancias. Los profesores de historia han de ser también guardianes del futuro, denunciando injusticias del pasado y del presente como el odio expandido.
En la imagen un fotograma de la película "Cuando termine la guerra", basada en hechos reales. En el film se pone de manifiesto el fenómeno del odio expandido, cuando a un director de un instituto de enseñanza en Dinamarca le acusan sus compatriotas de traidor por dar medicamentos a unos niños alemanes enfermos de difteria: el odio expandido se muestra más grande que el humanismo, un maestro de corazón, como el director del instituto, no puede aceptar esto.