Editorial: MontenaPáginas: 560
Sinopsis:
En cuanto vi que Nathaniel volvía a invocarme, supe que algo no iba bien. La primera vez que osó molestarme tuve que ayudarle a robar el amuleto de Samarkanda. ¿Qué querrá esta vez? Parece ser que el niño tiene algún que otro problema: en Londres medio barrio de Picadilly ha sido destruido y le han dado seis semanas para descubrir al culpable. ¡Qué pereza! Con lo bien que estaba yo tomando el sol. ¿Por qué me hará trabajar? ¿Por qué no invocará a un espíritu inferior? En fin, no puedo negarme, pero eso sí, hemos llegado a un pacto: seis semanas, solo estaré seis semanas a su servicio, yo después me piro...
Opinión:
Aquí os traigo la segunda parte de la genial Trilogía de Bartimeo (la anterior fue El Amuleto de Samarkanda), en la cual esta vez nuestros protagonistas se verán las caras con una de las criaturas míticas sobre todo del folclore judío: el golem, entre un sinfín de problemas.
Esta vez Nathaniel (John Mandrake) vuelve a invocar a nuestro genio favorito: Bartimeo. En esta novela se da un salto en el tiempo desde el amuleto de Samarkanda. Nath ya pertenece al Ministerio, pero como a cualquier novato le dan las tareas más duras, a pesar de ocupar un importante cargo.
Este es un libro mucho más completo que su predecesor, hay más historias girando sobre el tema del poder, aunque a simple vista no lo parezca.Volvemos a los detalles que hizo que el Amuleto de Samarkanda tuviese ese éxito. Tendremos por un lado la historia de Nath y Bartimeo, su viaje a una de las capitales del Viejo Continente más viejas, y todas las aventuras que les pasa a raíz del problema del golem. Esta a su vez se divide en la propia historia de Nath y en la historia de Bartimeo, que cuanta un poco más de su pasado y lo que hace en el presente.
Y la otra gran historia trata sobre las "aventuras y desgracias" de la Resistencia, una organización terrorista en contra del Gobierno. Veremos de nuevo a un personaje del primer libro, Kitty, que ganará mucho más protagonismo. En esta parte de la historia cuenta como funciona esta organización y sus planes para la caída del Gobierno, alguno de ellos tan locos que a la larga serán un problema para Nath; visitaremos unos de los lugares más emblemáticos de Europa y del mundo.
La alquimia aparecerá de nuevo pero esta vez de parte de alquimistas por lo que será con un poquito de más profundidad, y nos mostrarán diversas mitologías distintas en parte a la del primer libro.
Como ya mencioné, Stroud hace este libro mucho más complejo y completo que el anterior, donde solo estaba la historia de Nath y Bartimeo. Es un cambio que a mi me agradó, y mucho.
Las descripciones de los lugares a donde nos lleva o de las mismas situaciones presentan una leve mejoría desde el primer libro. Con esto no digo que las del otro estuviesen mal o que fuesen "pobres" sino todo lo contrario. Antes de por sí eran bastante buenas pero ahora tienen un "plus" añadido. Se nota que ha "madurado" sus descripciones así como la fluidez de los acontecimientos.En cuanto a la escritura, si ha madurado sus descripciones es porque su escritura también lo ha hecho.Al igual que en el primer libro sigue siendo una "prosa" que cuando la lees se nota que no está forzada sino que ha pensado cada situación para que todas las escenas encajen como piezas de un macropuzle al final. Es una lectura fluida, y la verdad que se hace más ameno (si se podía) que la primera parte al tener realmente dos historias principales completamente distintas y subhistorias juntándose todas en mayor o menor medida antes del acto final, que fue una de las partes (si no la que más) que más me gustó.
Es un libro lleno de fantasía con algo de base histórica donde el concepto "mago bueno - demonio malo" pasa a un segundo plano, pero que sigue con su crítica social hacia las altas esferas políticas y que creo que más de uno lo verá como lo que pasa (un Gobierno que no lo hace bien) y lo que le gustaría que pasase ( y una organización que se toma la justicia por su mano e intenta derrocarlo).
En resumen, un libro más maduro que en anterior, adictivo, que al terminarlo esperas y rezas para que el tercero sea solo la mitad que este. Y con eso eres feliz.