El olor

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Mi abuelo paterno murió cuando yo tenía seis años. Así que pocos son los recuerdos que guardo de él. Y prácticamente todos son implantados. Sé que era militar y zamorano y por tanto, o además, muy serio. Supongo. Sé que de nombre y apariencia física era clavado a mi padre. Y poco más. Aún así uno siempre quiere tener de referencia las enseñanzas de sus mayores. Poder citar a un antepasado de esos de sabiduría marmórea, en blanco y negro. Yo, a pesar de las carencias, también. No sé qué habría pensado mi abuelo Jerónimo, el sargento Jerónimo, al enterarse de cuál es la frase que más me recuerda a él.

"El que lo huele debajo lo tiene."

Eso solía decir. O me han dicho que solía decir. Lo entiendo. No hay mejor manera de tirarse un pedo en una familia de diez y que lo dejen a uno en paz que poner el foco en la persona que ose quejarse. Ande yo caliente y que nadie me toque las narices. Le aplaudo la ocurrencia aunque yo nunca me he atrevido a usarla canónicamente. Me faltan, sin duda, aplomo y uniforme. Gases no, desgraciadamente.

Sin embargo sí que tiro de la enseñanza en el día a día, muchas veces al día. Cada vez que alguien se queja de que un Ingreso Mínimo Vital, una "paguita", va a llenar España de gandules. Cada vez que el votante de un partido corrupto me pregunta ¿qué habrías hecho tú en su lugar? Cada vez que determinados representantes del pueblo acusan al gobierno de estar instaurando (poquito a poco, con disimulo) un régimen totalitario. Cada vez que otros representantes acusan al mismo gobierno de querer aprovechar circunstancias especiales para evitar el debate. Cada vez que evitas pronunciarte políticamente por el qué dirán. Cada vez que alguien me recuerda que no se dan duros a cuatro pesetas. Cada vez que un policía de balcón acusa primero y pregunta después. Cada vez que se señala a un extranjero con desasosiego. Cada vez que alguien se pone a la defensiva. Si tu primer impulso siempre es ver vagos, tentaciones, dictaduras, ley y trampa, juicios, contraprestaciones, culpables, amenazas, ataques, es bastante probable que sea eso lo que habite en ti. Lo que harías tú en esa situación pero o no te dejan o no te atreves. Lo que crees, por tanto, que cualquiera haría en tu lugar. Eres tú, sin duda, el que tiene debajo lo que huele. Y debes saber que, aun cuando por vergüenza callemos, lo sabemos. Te olemos. Apestas.