El Opus Dei en Chile – Una cruzada silenciosa

Publicado el 07 marzo 2011 por Manolox

Joseph Ratzinger y Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei.

El nombre “Opus Dei” (Obra de Dios) resulta sorprendentemente familiar en Chile. Todo el mundo lo ha oído alguna vez y muchos –sabiéndolo o no- lo viven en su vida diaria, especialmente en la educación. Muy pocos, por lo demás, se escandalizan al escuchar sobre su presencia en los círculos económicos y de poder. Y es que casi nadie sabe exactamente qué es la organización católica extremista fundada por Josemaría Escrivá de Balaguer. Después de I love Pinochet, Marcela Said, chilena radicada en Francia, trató de averiguarlo junto a Jean de Certeau, montajista de documentales y productor de I love, que firma aquí su primera realización. Cuatro años después, y tras todo tipo de dificultades, Opus Dei, una cruzada silenciosa vió la luz con algunas presentaciones en salas y festivales, pero principalmente al pasar por televisión, para la que fue concebido. En Chile debiera verse más adelante. La actitud es lo más imparcial posible, motivada por una curiosidad respetuosa, aunque sin esconder la postura crítica. Si hay “denuncia” es a través de la enunciación. Si hay juicio, en última instancia es el espectador quien lo formula tras escuchar a unos y otros. En Opus Dei, una cruzada silenciosa, por lo demás, la palabra está dada prioritariamente a los propios miembros de “la Obra” (nombre con el que es conocido el grupo entre sus miembros). Un punto fuerte del panorama entregado por Said y De Certeau es la variedad de las visiones “desde dentro”. No hay una voz oficial, sino que el cuadro que logramos armarnos, aunque incompleto, está compuesto por personalidades con más autoridad, numerarios, parientes de miembros, supernumerarios, y un chocante descubrimiento (para los ignorantes en cultura Opus): las numerarias auxiliares, reclutadas entre las clases populares para las tareas más básicas, como las domésticas, y que además de vivir permanentemente en subordinación (“Dios creó el orden social por algo, no hay que tratar de cambiarlo”, reza su credo) entregan su sueldo a la Obra. También se vislumbra la relación entre la secta y los grupos de poder a través testimonios de figuras como Ronald Bown (presidente de la Asociación de Exportadores de Chile) o simplemente descubriendo el cruce de nombres en las distintas esferas.

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Es curioso que del OPUS DEI, siendo una organización fundada en España y que tiene en este país el mayor número de numerarios así como un enorme poder e influencia en todos los estamentos de la sociedad, no haya un solo documental que cuente la historia de su fundación y afianzamiento.
Fundado en 1928 por el sacerdote José María Escrivá de Balaguer, la telaraña del Opus Dei hunde sus raíces en la noche oscura del franquismo, donde comenzó a expandirse infiltrando organismos como la Universidad de Navarra o el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Culminaría “su obra” con el asalto, siempre en forma encubierta, de las altas esferas del poder, llegando a conformar más de la mitad del último gobierno de la dictadura. Es en esa tesitura que fueron miembros del Opus y el grupo de los llamados “tecnócratas” quienes dirigieron hábilmente la transición franquista hacia un modelo capitalista asimilable a la Unión Europea, desplazando del poder al sector más rancio de la dictadura representado por los falangistas. Al tiempo quedaba  legitimado el resultado de la guerra civil y la memoria de los vencidos era enterrada con otra capa indignidad.
Algunos de estos personajes del Opus, que ahora son considerados “democratasdetodalavida”, fueron por ejemplo el expresidente del Gobierno Adolfo Suárez, falangista que fuera Vice Secretario General del Movimiento Nacional (el partido único de la dictadura), y anteriormente Director General de Radiodifusión y Televisión. O el actual Presidente de Sogecable, Rodolfo Martín Villa, también destacado dirigente de la dictadura y la transición franquista, en la que ocupó el cargo de Ministro de Gobernación.

Enrique Rojas, un hombre de ciencia en las filas del Opus Dei

Como medida de la influencia que puede tener “la obra de dios” y la impunidad con que actúan algunos de sus miembros, baste de ejemplo el caso personal de Isabel Caballero, en cuyo blog podemos consultar toda su historia con abundante documentación.
Muy resumidamente la cosa es que el marido de Isabel decidió ajustar las cuentas de sus problemas matrimoniales utilizando la amistad que mantenía con un psiquiatra vinculado al Opus Dei llamado Enrique Rojas. Por diagnóstico de este psiquiatra Isabel fue internada por presuntamente padecer trastornos de la personalidad y privada de la patria potestad de sus hijos. En la actualidad se ve obligada a afrontar un calvario judicial que dura ya 14 años y cuyo resultado final es incierto.
Lo grave del caso, es que el psiquiatra vinculado al Opus Dei es un falso psiquiatra que afirma ser titulado por la Universidad Complutense de Madrid y hay documentos, algunos expedidos incluso por la propia Universidad Complutense, que desmienten que sea titulado en psiquiatría por la UCM.
Dejando a un lado lo personal cabría preguntarse qué poderes tiene detrás el “psiquiatra” Enrique Rojas como para permitirse actuar de forma tan impúdica y negligente sin asumir consecuencias. ¿Cómo es posible que un personaje como este siga teniendo potestad sobre la libertad de otras personas? ¿Quién desde instancias superiores está avalando estas prácticas mafiosas con su inacción? ¿Quién está detrás del terrorismo social de Enrique Rojas?

Fuentes y más información: