El joven sueco Isak Berg, se ve obligado a ingresar en el Orfanato Heskinn tras la dolorosa pérdida de sus padres a manos de dos individuos. Solitario, tras los valles de la isla sueca de Gotland (Visby), se encuentra el peculiar edificio, construido en el siglo XVIII por altos nobles de la isla. Cuando llega al deteriorado y escalofriante lugar, comienzan a suceder hechos macabros que parecen tener una conexión entre ellos. Descubrirá secretos del pasado de los trabajadores y compañeros que parecen querer esconder algo más de lo que muestran. Pero su inseguridad aumentará cuando conozca la leyenda de un chico llamado Börje Persson, que pareció haber asesinado a dos menores en algún momento de su vida, y la extraña presencia de notas en el lavabo, escritas a mano incoherentemente. ¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para sobrevivir?
Creo que esta será una reseña muy breve, al igual de breve que es la historia que encierra las pagina de esta novela. O igual de corto que es el tiempo que lleva leerla, que en mi caso apenas fueron unas horas.
La historia comienza tan rápido que casi cuesta coger el hilo de la historia. Tenemos al joven Isak, cuyos padres acaban de ser asesinados. La conmoción, los de asuntos sociales, la decisión de enviarlo al orfanato de Heskinn… todo sucede de forma bastante apresurada y cuando nos damos cuenta ya está en un autobús de camino hacia su nuevo hogar. Pero si piensas que esto solo es el principio, mejor agarrarse, porque las cosas siguen sucediendo sin pausa a lo largo de las escasas 200 páginas de la novela.
La trama en sí misma es sencilla: una vez llegado al orfanato, nota aspectos del mismo que no son muy normales y suceden cosas raras, si por raras consideramos asesinatos que no llegan a investigarse. Así que Isak decide sacar a la luz los secretos que se ocultan entre las paredes de ese lugar.
Los personajes principales, aunque no muy desarrollados teniendo en cuenta lo rápido que va todo, son bastante carismáticos. Tanto Isak como Victor tienen sus peculiaridades que le aportan atractivo a la historia, además de conversaciones entre ellos que resultan bastante divertidas.
Sin embargo, yo creo que Isak está caracterizado como demasiado adulto para tener 14 años y esto hace que muchas de las cosas parezcan poco verosímiles. Los diálogos (que son abundantes) y sus comportamientos a veces chocan con lo que esperamos de un niño en su situación.
Un aspecto curioso es que la historia se ambienta en Suecia en 1998. El hecho de querer situarnos un poco hacia el pasado lo comprendo, aunque no del todo el hecho de irse a otro país, ya que realmente todo podría suceder en cualquier otro lugar. Sin embargo, ya que las descripciones son locales y de interiores, el clima sueco, con el frio y la lluvia, ayuda a crear un ambiente asfixiante y una atmosfera de secretos tan necesaria para la novela.
Y cuando llegamos al final… muchos de esos puntos “chirriantes” terminando siendo explicados, con un desenlace más o menos sorprendente. Digo más o menos porque en el fondo yo me lo venia imaginando, aunque no en su totalidad.
El ritmo general de lectura es muy ágil porque utiliza una narrativa sencilla y clara, con muchos diálogos y las descripciones contadas para meternos en ambiente. A mí me ha durado algo menos de 24 horas, y no creo que a cualquier otra persona le lleve mucho más tiempo leerlo.
En resumen, a pesar de encontrar algunas inconsistencias en la historia, que quedan explicadas al final, la lectura es muy fluida y adictiva: ideal para una tarde lluviosa bajo una manta en el sofá.