Romance "Para quien crié yo cabellos" y Diferencias sobre la gallarda milanesa de Antonio de Cabezón (1510-1566), jugando con flautados en el primero y añadiendo dulzainas a la segunda, perfectamente elegidos para las "diferencias".
Voluntary for my Ladye Nevells de William Byrd (1543-1623), obra extensa y llena de riqueza tímbrica que subió el nivel sonoro y técnico.
Partite sopra l'Aria di Follia de Girolamo Frescobaldi (1583-1643), impresionante derroche combinatorio y una limpieza en la ejecución que engrandeció la propia registración, mucho más plena que en la versión de clave pero con la misma digitación precisa que ésta.
Canto llano y tres glosas sobre el canto llano de la Inmaculada Concepción de Francisco Correa de Arauxo (1584-1654), aún más sobresaliente que en la anterior, con el instrumento respondiendo a cuanto se le exigió (apenas un "gemido" en la chirimía, flautados de 8 y 16 en equilibrio e incluso paralelismo de teclados adaptado a cada glosa.
Nova Cyclopeias Harmonica de Georg Muffat (1653-1704) supuso una inflexión sonora rendida a un juego de trinos cristalinos donde la técnica siempre estuvo al servicio de la música.
No podía faltar una Improvisación sobre "Chema" a cargo de la propia Mónica Melcova (1974), con cuatro notas como "disculpa improvisatoria" en la línea de aquéllas románticas sobre "Bach" y aquí jugando con las notas C (Do), H (Si), E (Mi), M (Mi grave) y A (La), de sonoridades contemporáneas francesas y alemanas en un órgano barroco.
Corrente italiana de Juan Cabanilles (1644-1712), otra joya de nuestra literatura para teclado y nuevo derroche tímbrico pero siempre separando manos y teclados para no perder nunca la línea melódica, prístina y delicada, personalmente equiparable al anterior Arauxo y pese a no ser especialista en el barroco español (su fuerte es el siglo XX), lo mejor del concierto dentro de una calidad y excelencia que no me cansaré de remarcar.
Y para cerrar concierto la Tocata a la italiana con clarines de Vicente Rodríguez Monllor (1690-1760), más que fuegos de artificio y poniendo a prueba todo el potencial sonoro que podría servir para concluir: el órgano respondió y la organista convenció.