Revista Arte

El Orientalismo y su fascinación, o el espejo de Occidente en el Arte.

Por Artepoesia

El Orientalismo y su fascinación, o el espejo de Occidente en el Arte.El Orientalismo y su fascinación, o el espejo de Occidente en el Arte.
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El Orientalismo y su fascinación, o el espejo de Occidente en el Arte.
Aunque el mundo Oriental siempre fascinó a la Europa cristiana desde el imperio Bizantino, no fue hasta la expedición de Napoleón Bonaparte (1769-1821) a Egipto en 1799 cuando se descubrió verdaderamente el mundo oriental. Turquía y Egipto fueron los países que más representaron el conocimiento occidental del exotismo de Oriente. Sirvió no sólo para descubrir una cultura diferente y atractiva, sino para materializar todo aquello que en Europa no era posible vivir, ni sentir, ni escribir, ni pintar. La representación pictórica del harén justificó, por ejemplo, la posibilidad de liberar la imaginación erótica con escenas imposibles de vivir y representar en occidente. 
Escritores y pintores fueron los principales impulsores del descubrimiento de estos dos países. Especialmente una escritora británica, Mary Montagu (1689-1762), casada con el embajador inglés en la Sublime Puerta, contribuyó con sus Cartas de la Embajada Turca, 1717, a ofrecer un conocimiento que luego otros muchos viajeros ingleses desarrollaron en sus obras sobre el mundo oriental.
Muchos pintores del siglo XIX y del XX tuvieron la inspiración en el llamado Orientalismo, y crearon grandes y magníficas obras de Arte que fueron plasmadas en todas las tendencias de esos siglos, como el Romanticismo, el Realismo, el Neoclasicismo o el Impresionismo. En esta entrada he seleccionado obras menos conocidas y de autores menos famosos, aunque todos con una excelente, valorable y muy representativa  forma de expresar ese mundo misterioso, opuesto, lejano, atractivo y exótico.
(Obra de Frank Dicksee, Leila, 1892; Cuadro de Mario Simon, Odalisca, 1919; Cuadro Lady Mary Montagu y su hijo, del pintor Jean Baptiste Vanmour, 1717; Obra de Lèon Cauvy, Abundancia, 1920; Óleo de Val Prinsep, El cuento del Papagayo; Cuadro de Antoine de Favray, Mujeres Turcas, 1751; Pintura de Jean Jules de Antoine Lecomte, Esclava Blanca, 1888; Óleo Bonaparte en el Cairo, del pintor francés Henri Levy; Cuadro Cleopatra, de Mosé Bianchi; Óleo de Paul Louis Bouchard, Después del Baño, 1889.)


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