En una encuesta realizada en Francia mediante un sondeo Ifop realizado por la sociedad Aucoffre.com dedicada al oro de inversión y publicada en el periódico: Le Figaro Economie.fr, registró que uno de cada dos franceses, es decir el 51% está dispuesto a invertir parte de sus ahorros en oro a pesar de las reticencias ligadas a este metal que desde siempre se ha conocido como un valor refugio, tanto en momentos de crisis, como en tiempos de calma económica.
Si bien es cierto que el oro se pone de moda cuando las cosas van mal, es un valor que aunque dormido siempre se mantiene latente, debido a que la historia es repetitiva, lo mismo que las crisis (desafortunadamente).
Pero es la realidad que nos ha azotado una y otra vez durante decenios, y es por ello que a los ahorradores que confían en el metal precioso aun en los tiempos en los cuales la económica de los países va viento en popa, no los toma por sorpresa las recesiones y las crisis políticas y económicas, cuando el resto de la población huye despavorida y se echa las manos a la cabeza cuando ven que su dinero peligra.
Y parece que esto lo tienen muy claro los franceses, que (sin animo de comparación) nos llevan una gran ventaja en cuanto a inversión en oro se refiere. En este país no solo las personas de edad y con experiencia invierten en oro, también lo hace la gente joven que toma conciencia de la importancia del patrimonio que empiezan a tener fruto de su trabajo, ellos diversifican también!
El oro físico (lingotes y monedas de oro de inversión) es la forma preferida de invertir para ellos ( 34%), muy por delante de la compra de joyas (11%), de las monedas de colección (9%), del oro “papel” es decir: certificados u otros títulos ligados al oro (8%) o de acciones de minas auríferas (6%).
Destinan una media del 22.5%, que representaría el termino de sus inversiones en oro.
El oro tiene una imagen muy positiva entre los encuestados (1.004 personas de 18 años en adelante), pero algunos todavía lo ven como un producto inalcanzable reservado solo para la élite con dinero, y su extracción muy contaminante.
Por: Lizette Paternina