Hay signos que no engañan. Igual que con el anuncio de un invierno duro el hombre corta madera, con el enfoque de una crisis dura, el hombre acumula oro. Además del incremento del precio desde hace 12 años consecutivos, el oro tiñe por aquí y por allá como una alerta a la crisis, volviendo gradualmente a los circuitos de intercambio monetario.
En primer lugar está el oro que Alemania almacenó donde sus socios extranjeros y que desea repatriar, luego se encuentra China que desea convertirse en el segundo poseedor de oro en todo el mundo con el objetivo de adosar el Yuan al oro, y luego la declaración del primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan, en un encuentro reciente y oficial en Indonesia, quien se habría convertido en el portavoz de varios países, cansados de verse obligados a utilizar el dólar como moneda de reserva internacional. Sugirió al FMI remplazar el dólar por el oro.
El oro seria una “constante internacional” que “mantiene su honor a lo largo de la historia”
Esta perspectiva cambiaria la visión para muchos países, y no parece ser aceptada, a menos que surgiesen grandes trastornos geopolíticos. Esto no impide el retorno del oro, y no solo cerca de inversores iluminados como Soros o Paulson . El oro esta a disposición de los particulares, a través de mas distribuidores en cada vez mas países: Europa, Emiratos Árabes , China y ahora New York como ciudad, para sostener una demanda que se incrementa con los efectos nefastos de la crisis.