Los periódicos deportivos venden noticias inventadas -absolutamente inventadas- que mantienen la tensión de si se fichará por una vergonzosa cantidad de dinero a un tocapelotas -en el sentido deportivo del término- o a otro. Todos los entrenadores -absolutamente todos- dicen obviedades y engarzan discursos torticeros -absolutamente torticeros- sobre el porqué de sus sinsabores futbolísticos. Además, hacen llamamientos a la hombría, al honor de los colores de la camiseta, al orgullo de pertenecer a un club, incluso a la defensa patriótica. Yo también lo haría por bastante menos dinero que ellos -incluso lo de la hombría-. Se endiosa a entrenadores y se les toma como referentes éticos o profesionales, o se les convierte en héroes nacionales -pero, nacionales de nación, cuidado-. ¿Es que somos tan ridículos de creernos todas esas pamplinadas? ¿A alguien le interesa de verdad si se resfría Ronaldo o Messi? Se escuchan cosas del tipo: "hoy se les ha visto sonreir" -¡milagro, futbolistas que sonríen!-, "se han entregado duramente a un entrenamiento de 45 minutos" -¡dioses, eso es lo que son!-, "parece que ya no tiene molestias en el pubis" -¡será que se los ha dejado de tocar!-, "un día frenético firmando autógrafos" -¡debe ser firmando autógrafos colgados de un andamio!-, "han sudado la camiseta" -¡qué menos! ¿O es que después las lavan ellos?-. Seguramente soy yo la rara, pero ¿por qué me parece todo eso tan ridículo?Actualidad política y social. Una visión crítica de la economía la actividad política y los medios de comunicación.
Los periódicos deportivos venden noticias inventadas -absolutamente inventadas- que mantienen la tensión de si se fichará por una vergonzosa cantidad de dinero a un tocapelotas -en el sentido deportivo del término- o a otro. Todos los entrenadores -absolutamente todos- dicen obviedades y engarzan discursos torticeros -absolutamente torticeros- sobre el porqué de sus sinsabores futbolísticos. Además, hacen llamamientos a la hombría, al honor de los colores de la camiseta, al orgullo de pertenecer a un club, incluso a la defensa patriótica. Yo también lo haría por bastante menos dinero que ellos -incluso lo de la hombría-. Se endiosa a entrenadores y se les toma como referentes éticos o profesionales, o se les convierte en héroes nacionales -pero, nacionales de nación, cuidado-. ¿Es que somos tan ridículos de creernos todas esas pamplinadas? ¿A alguien le interesa de verdad si se resfría Ronaldo o Messi? Se escuchan cosas del tipo: "hoy se les ha visto sonreir" -¡milagro, futbolistas que sonríen!-, "se han entregado duramente a un entrenamiento de 45 minutos" -¡dioses, eso es lo que son!-, "parece que ya no tiene molestias en el pubis" -¡será que se los ha dejado de tocar!-, "un día frenético firmando autógrafos" -¡debe ser firmando autógrafos colgados de un andamio!-, "han sudado la camiseta" -¡qué menos! ¿O es que después las lavan ellos?-. Seguramente soy yo la rara, pero ¿por qué me parece todo eso tan ridículo?Actualidad política y social. Una visión crítica de la economía la actividad política y los medios de comunicación.