Aunque seguramente que me tachareis de impopular y posiblemente me lleve una bronca de muchas personas que conozco, pero hoy me gustaría compartir con vosotros mis reflexiones sobre lo acontecido en este tiempo con el Real Zaragoza. Vaya por delante que no soy muy futbolero, pero que si que creo que el fútbol como deporte de equipo es positivo y educativo. Otra cosa es el negocio que se ha montado en torno a su ejercicio como profesión, que como todo, beneficia a los de siempre. También es cierto que creo que quien vivencia el sentimiento zaragocista lo hace de forma real e incluso existen personas dispuestas a darlo todo por su equipo y los colores de su ciudad. También creo que la alegría y la euforia que producen los triunfos resulta positiva como válvula de escape para muchas personas, cuya situación no es para nada buena.
El punto de partida lo tenemos en que el Real Zaragoza, es una SAD, una empresa privada cuyo dueño mayoritario es el que toma las decisiones. Su mayor capital social es el sentimiento de pertenencia de la ciudadanía a su ciudad, que por supuesto es un sentimiento real, lícito y necesario, pero que han mercantilizado a través del negocio que ha montado la LFP. Si comparamos al Zaragoza con otros equipos, como en otras muchas cosas, saldríamos perdiendo. El mayor triunfo que se recuerda fue el de la Recopa del 95 y la época de mayor esplendor fue en los 60 con Los Magníficos. Pero todo eso ya es el pasado.
En el presente tenemos a Agapito, Bandres y Alierta, que lejos de ser jugadores de fútbol, han sido los tres jugadores clave. Aunque su partido lo han jugado en los despachos y no en el campo. La cosa comenzó con el fallecimiento de Alfonso Solans en 2006, el creia en el equipo y se dedico a el casi en cuerpo y alma, pero al heredarlo su hijo, no quiso seguir la tradición familiar comenzada por su abuelo e intento deshacerse cuanto antes de la ruina en términos económicos que le producía el equipo, bastante tenia ya con Pikolin. Entonces apareció en escena el constructor soriano Agapito Iglesias, que debía de hacer algunos favores a la DGA para que Codesport pudiera seguir realizando muchas de las obras públicas del lugar. Eran los años del ladrillo y PlaZa estaba en su mayor apogeo. Marcelino Iglesias necesitaba circo, para que no nos diéramos cuenta de que se estaba terminando el pan. Como si de una mala película se tratara, la primera decisión del magnate fue que el entonces Consejero de Economía, Hacienda y Empleo, rotara la puerta giratoria y fuera directo al sillón de Presidente del Real Zaragoza. A fin de cuentas a Agapito le daba igual el equipo y si de esta forma el PSOE era feliz, paar el era un buen negocio. Pero de repente llego la crisis, se acabo el hacer obras y se destapo el Caso Plaza. Bandres desapareció y el equipo entro en un declive en todos los sentidos. Lo que irrito mucho a sus forofos, que mientras veían como desaparecía la sanidad, la educación, los servicios sociales... ellos preferían gritar y pitar al ritmo de «Agapito vete ya», como si no se dieran cuenta de que este señor no es un político, es el dueño de las acciones de una empresa, por lo que se ira en el momento que alguien se las compre, ni antes, ni después. Como lo quería vender a toda costa, pues desde el principio fue un marrón que nunca quiso, lo intento con varios compradores que le salieron rana: que si Javier Segarra y su campaña de crowfounding, que si un fondo de inversión arabe, que si unos inversores alemanes, que si unos inversores mexicanos... curiosos el interés que suscito esta compra-venta para ser un equipo mediocre y sin futuro.
Total que al final, nació la Fundación Zaragoza 2032 con la vocación de salvar al Real Zaragoza, jajajajaja, participada por Cesar Alierta, familia del que fuera alcalde y ex-presidente del club de fútbol maño en los años de la dictadura franquista, la familia Yarza dueña y señora del Heraldo de Aragón y algunos empresarios más. Tras que todos apoquinaran una pasta, el equipo sigue adelante y parece que aún nos queda circo para rato. Por cierto lograron un registro express, de un día para otro, con publicación en el BOA incluida. Nuestros políticos siguen teniendo sus oscuros intereses en todo esto, de momento el Gobierno de Aragón se ha desentendido, el Ayuntamiento de Zaragoza apoya al equipo de corazón (bueno y cediéndoles el campo, con financiación indirecta y alguna otra triquiñuela) ya que el pleno ha retrasado la posibilidad de dar directamente una cuantía económica al club y lo ha dejado en manos de una comisión. Y de repente sin que nadie lo esperase, la Diputación Provincial de Zaragoza (que nadie sabe aún para que sirve) se ha descolgado y le ha dado vía patrocinio un millon de euros al Real Zaragoza. La nueva historia del Real Zaragoza solo acaba de empezar y lejos de sus éxitos deportivos, en el terreno político, todo apunta a que dará mucho que hablar.
Por cierto que alguien de Madrid le explique a este señor que por mucho que se dediquen a entretener a los ciudadanos, tienen que pagar sus cuotas a Hacienda y la Seguridad Social como todos. Y de paso que le explique alguien también al Señor Montoro que el hacerse el longuis con este tema supone que esta dando una cuantiosa subvención pública encubierta a los clubs de fútbol. Mientras hay pequeños autónomos y empresas que tienen que cerrar porque no pueden pagar lo mínimo en concepto de impuestos, ya que no lo facturan.