EL OSTRACISMO EN LATINOAMERICA
Los políticos utilizan al ciudadano como muleta de alquiler.
En Latinoamérica la política ha sido contaminada desde sus comienzos por los pelliqueros de oficio que, nunca ha dejado de practicar el ostracismo con sus seguidores y adeptos. Los políticos al ciudadano siempre lo han utilizado para lograr sus propios beneficios, jugando con su buena voluntad, burlándose de sus deseos, apostando con sus necesidades y pateando su futuro.
Los políticos saben utilizar muy bien sus artimañas para mantener un sector muy pequeño de la sociedad electorera que, necesitan para poder mantenerse en el poder o puesto logrado, el daño que le han hecho los políticos a la sociedad Latinoamérica lo vemos hoy en día en la división entre la sociedad y los conflictos fronterizos.
El ostracismo lo viven también los que creen estar amparados por el poder, cuando sólo son peones que los utilizan para sus actos proselitistas y, así demostrar una fuerza que más por convicción, es por sumisión. Los políticos utilizan a sus electores hasta que se sienten bien en el poder o ya fuera de él.
En política la mentira multiplica los votos y la verdad los resta, es por eso que el populismo reina en latinoamericana y se alimenta de una sociedad que muestra pesar y lástima que, muchas veces por su bajo nivel de preparación académica son víctimas de la manipulación y el soborno.
No hace falta de ser un tirano o dictador para aplicar el ostracismo con las personas que ya no les sirven, simplemente porque están desencantadas, desilusionadas o porque ya no comparten la ideología de quien las gobiernan. El control social se da cuando el ciudadano empieza a ser dominado por el estomago, lo cual es creado por quien lo quiere domar. Generalmente el que gana una campaña política lo logra con un porcentaje medio alto que, poco a poco se va desvaneciendo debido que los beneficiados de las promesas por lo general no son más que un 15% de la población donde se gobierna.
En su ensayo “Lo que se ve y lo que no se ve”, Frédéric Bastiat expone la siguiente idea: podemos ver lo que hacen los gobiernos y, por consiguiente, cantar sus alabanzas; pero no vemos la alternativa. Sin embargo ésta existe, sólo que es menos evidente y permanece oculta.
Recordemos la falacia de la confirmación: los gobiernos saben muy bien cómo decimos lo que hacen, pero no lo que no hacen. De hecho, se dedican a lo que podría denominarse una falsa “filantropía”, la actividad de ayudar a las personas de forma visible y sensacionalista, sin tener en cuenta el oculto cementerio de las consecuencias invisibles. Bastiat inspiró a los libertarios al atacar los argumentos habituales que demostraban los beneficios de los gobiernos. Esto lo podemos aplicar tanto en la izquierda como en la derecha.
Cuando los políticos logran sus propósitos no les importa mandar al ostracismo al más cercano colaborador ya que, se convierte en una persona a mantener.
Los ciudadanos no dejan de ser andamios para poder construir los grandes poderes, para después ser desmantelados y guardados para la próxima construcción.
Luis F. Córdoba R. @lfcr81para atracoalpueblo.com
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