Dani se asomó a la ventana del salón de su casa, se quedó mirando a los árboles y vio que se les estaban cayendo las hojas. Se puso muy triste y fue llorando a la cocina, donde su mamá estaba cocinando.
-Mamíiii pobrecitos los árboles, se están muriendo, ¿Qué vamos a hacer sin ellos? – Dani lloraba con mucha pena por los árboles.
-¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras así? – le preguntó su mamá, que no entendió lo que Dani le decía.
-Los árboles…se están muriendo Me da mucha pena, se están quedando calvos… -Dani estaba realmente triste.
Su mamá que por fin entendió lo que pasaba empezó a reír:
-Jajaja no llores mi niño, no se están muriendo, lo que pasa es que ha llegado el otoño. –Explicó la mamá a su hijo.
-¿El otoño? Quieres decir que el otoño es malo porque deja calvos a los árboles. ¡Qué malo! En verano nos asaremos de calor sin hojas que nos den sombra. No me gusta el otoño.- Dijo Dani muy enfadado.
La mamá le contó que todos los años llega el otoño y las hojas se caen porque ya están viejas, de ese modo podrán volver a crecer hojas nuevas en la primavera.
-Además hay árboles que no pierden las hojas, se ponen de color rojo, otros de color naranja, marrones y amarillos. El otoño es muy bonito, empieza el cole, y nos prepara para el invierno. A mí me gusta mucho el otoño – terminó de contar su mamá.
-¿Y qué más cosas pasan en otoño? –preguntó Dani más tranquilo.
-Pues celebramos el día de Halloween que es muy divertido, nos vamos preparando para la Navidad. También dejamos la ropa de verano en los armarios y sacamos la ropa más calentita para no tener frío. A ver, piensa tu que más cosas pasan en otoño.- termina mamá.
Dani se pone la cara de pensar… y piensa ¿qué más cosas pasan en otoño?
-¡Ya lo sé! Hacemos cosas muy bonitas en el cole… la seño nos enseña cosas divertidas.- Dani ya no estaba nada triste, en realidad el otoño es bastante bonito.
-Además en otoño comemos castañas asadas, nueces y muchas frutas y verduras que nos hacen fuertes y grandes.- Dijo mami riendo.
-En el cole me han dicho que tengo que llevar hojas, para el mural de otoño - Dijo Dani - ¿quieres que salgamos a buscarlas?
-Claro cariño –contestó mamá.
En ese momento llegó su papá a casa y se fueron los tres a buscar hojas al parque, cogieron de varios tamaños y formas. Se fijó en los árboles y no le parecieron nada tristes, además ellos también necesitan descansar para estar más bonitos en verano.
Dani jugó con sus padres esa tarde, y todo gracias al otoño. Llevó las hojas al cole y se lo pasó genial pegando su hoja en el muro.
Y ya nunca más se puso triste en otoño, porque es una estación del año muy bonita y necesaria, que además nos trae cosas nuevas cada año.
Y naranja anaranjad, este cuento ha terminado... ¿os ha gustado?
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*Cuchu*