Por miedo al otro, al distinto, nace el que resguarda con celo lo suyo porque cree que ese otro viene a llevárselo.
Por miedo al otro, al distinto, surge el que ataca sin motivo pensando que más vale prevenir.
Por miedo al otro, al distinto, aparece el odio a lo desconocido, porque estamos seguros de que no respetará nuestra esencia y querrá destuirla.
Por miedo al otro, al distinto, se levantan muros y se instalan alambradas que impedirán que se mezcle con nosotros.
Por miedo al otro, al distinto, comienza el aislamiento y la endogamia.
Por miedo al otro, al distinto, aparecen personajes detestables que pueden, y de hecho lo hacen, llevarnos a la ruina, no ya económica, sino ética y moral.
Espero que por miedo al otro, al distinto, no tengamos que lamentar en un par de días que un personaje como Donald Trump nos haga sentir aún más miedo al otro, al distinto.