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Daniel de Pablo Maroto, ocdConvento de La Santa-Ávila
Presento a los lectores una figura eminente del teresianismo científico; en primer lugar —pero no solo— a los de edad avanzada, porque recordarán que hace varios decenios el Padre propuso, creo que como hipótesis, el nacimiento de Teresa "en la riente aldea de Gotarrendura" (Ávila). Sus habitantes gozaron con la noticia y la aceptaron, aunque con pocas probabilidades de éxito. La tradición constante hasta nuestros días —a la que sigo como la mejor fundada en fuentes históricas— está en favor del "lugar del nacimiento" de Teresa en el lugar que ocupa en su iglesia el altar de la Virgen del Carmen y la conocida como "capilla del nacimiento".
1 – Breve biografía del personaje. Nació en Guadasuar (Valencia) el 2 de octubre de 1915, y murió en Benicasim (Castellón) en 1996. Profesó como carmelita descalzo en el Desierto de Las Palmas en 1931 y se ordenó de sacerdote en 1938. Consiguió el doctorado en teología en la recientemente inaugurada Universidad Pontificia de Salamanca, en 1945. Tuvo un encuentro providencial con el carmelita calzado holandés Otger Steggink en 1957, dotado de sentido histórico y un buen conocimiento del Carmen descalzo de santa Teresa, mientras el P. Efrén tiene un estilo literario más florido; los dos formaron un equipo ideal para construir la monumental Biografía de Teresa de momento no superada.
Conocí muy bien al Padre Efrén en una convivencia de diez años (1968-1978) en el convento carmelitano de la Plaza de España en Madrid; a mi primera obra dedicada a santa Teresa: Dinámica de la oración. Acercamiento del orante moderno a Santa Teresa de Jesús, Madrid, EDE, 1963, añadió el "Prólogo" (pp. 7-11). Siempre me animó a seguir con los estudios teresianos y le he hecho caso porque a Teresa y a su obra de escritora, fundadora y mística, he dedicado gran parte de mi producción literaria que él no ha visto culminada.
2 – El P. Efrén y la ciudad de Ávila. En Ávila dejó el Padre Efrén un mal recuerdo por su osadía de sugerir el nacimiento de la Santa en una aldea cercana, como recordé al principio. En la ciudad de Ávila la propuesta fue rechazada con muchos argumentos científicos por el canónigo D. Ferreol Hernández en un libro en el que no se refiere al Padre Efrén con su nombre —salvo error por mi parte— sino como "un padre carmelita", "el biógrafo", etc. Al final, intervino la Real Academia de la Historia confirmando el nacimiento de la Santa en la ciudad de Ávila. (Resumen, en mi biografía de la Santa, Mi Teresa, Burgos, Editorial de Espiritualidad, 2019, cap. 5, pp. 119-129). Ese pequeño desliz no ensombrece su quehacer como uno de los más "insignes teresianistas" de todos los tiempos, como vamos a ver. Los Padres Efrén y Otger han mantenido su propuesta hasta el final de sus días con más o menos matices.
3 – Análisis de su producción teresiana. No puedo, por falta de espacio, aludir a su tarea de escritor, profesor y conferenciante sobre temas teresianos, pero sí, al menos, recordar algunas de sus Obras dedicadas a santa Teres, como Intimidades del Carmelo, Zaragoza, Carmelitas Descalzos, 1953. Y, sobre todo y muy recomendable, Santa Teresa por dentro, Madrid, Editorial de Espiritualidad, 1973; con una segunda edición en 1982. Es un breve ensayo de Teresa penetrando en lo profundo de su alma, en sus sentimientos, una pequeña biografía de "interioridades". La herencia teresiana, Madrid, Editorial de Espiritualidad, 1975, con algunos posicionamientos muy discutibles. Sus "publicaciones" sobre varias materias no caben en una breve presentación de su persona como "teresianista".
El Padre Efrén comenzó sus trabajos "teresianos" en solitario como editor de las Obras completas de santa Teresa desde el año 1951 en la Editorial Católica (BAC n. 15) y en este vol. I añadió la primera parte de la Biografía de Teresa con el título Tiempo y vida de Santa Teresa (pp. 131-585), título que ha mantenido siempre y que ha sido el germen de las biografías posteriores, añadiendo constantemente muchas novedades. Concluía el relato con la fundación del convento de San José en 1582. Fue en ese esbozo de biografía donde expuso su opinión sobre el nacimiento de Teresa en Gotarrendura.
En ese primer volumen de las Obras editó la Vida o Autobiografía de la Santa (pp. 587-877). Completó después la edición de las restantes Obras de la Santa en otros dos volúmenes, II (Madrid, 1954, BAC n. 29) y III (Madrid, 1959, BAC, n. 37), con la colaboración del P. Otger. El texto de esta edición de Obras completas ha tenido éxito con muchas ediciones posteriores en un solo volumen a partir del año 1962. Propio del texto del P. Efrén es que ha mantenido gran parte del léxico original de la Santa, como apriesa, cerimonia, colesio, confisión, monesterio, naide, ulana, etc. Nada que dificulte su lectura.
4 – Su gran Biografía de Santa Teresa. Pero el mayor mérito del Padre Efrén como "teresianista" no es ser el editor de las Obras completas de la Santa, sino el habernos dejado una riquísima biografía sobre ella con el título de Tiempo y vida de Santa Teresa, en una edición del año 1968 junto con el P. Otger (Madrid, BAC, n. 69) que ha ido aumentando de volumen con el tiempo. Con motivo celebrarse el IV Centenario de su muerte en 1982 publicaron en dos gruesos volúmenes y tres tomos Santa Teresa y su tiempo, Salamanca, Caja de Ahorros y Monte de Piedad, 1982 y 1984). Y, finalmente, culminaron su biografía con la monumental obra Tiempo y vida de Santa Teresa, Madrid, BAC Maior, 1996, 977 pp.) a la que voy a dedicar un breve comentario porque la considero la última voluntad de los dos prestigiosos teresianistas.
Se trata de una obra monumental difícil de superar y, con una simple mirada nos confirmamos en lo dicho; nos admira cómo los autores hayan sido capaces de almacenar tal cantidad de información, utilizando los materiales de tantos archivos, consultando y citando tantas fuentes históricas y estudios sobre santa Teresa y otras materias, apoyando sus tesis en una inmensa bibliografía, etc. Puedo decir que estoy admirado de cómo han sido capaces de edificar semejan catedral literaria sobre santa Teresa. Sugiero como explicación plausible la imagen de un río, débil de caudal en su origen y que se va engrosando con muchos afluentes.