El packaging a través de la historia: Antigua Roma (V)

Por Heliopolisblog

La entrada de hoy está dedicada al packaging en la Antigua Roma.

Tal como he comentado en anteriores entradas relacionadas con la Antigua Roma, los antiguos romanos adoptaron muchas costumbres de los pueblos conquistados, entre muchas cosas, como por ejemplo adoptaron de los griegos (ver: El packaging a través de la historia: Antigua Grecia (IV)) el uso de la moneda para el comercio:

Monedas romanas: Fila superior 1: Denario con el retrato del emperador Heliogábalo (plata 218-222 d.C.), Denario con el retrato del emperador Decio (plata 249-251 d.C.), Denario con el retrato del emperador Galieno (253-268 d.C.); Fila inferior: As con el retrato del emperador Galieno (cobre 253-268 d.C.), Denario con el retrato del emperador Aureliano (plata 270-275 d.C.), bárbaro radiante (cobre), bárbaro radiante (cobre). (Imágen: Wikimedia Commons/Public Domain)

“El comercio romano fue el motor que condujo a la economía de finales de la República y principios del Imperio. Modas y tendencias de la historiografía y cultura popular han tendido a no ocuparse de la base económica del imperio en favor de lingua franca que fue el latín y las hazañas de las legiones. Tanto la lengua como las legiones fueron apoyadas por el comercio, siendo al mismo tiempo parte de su espina dorsal. Los romanos eran hombres de negocios y la longevidad de su imperio se debió a su comercio.

Aunque en teoría los miembros del Senado y sus familias tenían prohibido dedicarse al comercio, los miembros de la orden ecuestre sí lo ejercierón, a pesar de sus aristocráticos valores que hacían énfasis en pasatiempos militares y actividades recreativos. Los plebeyos y libres tenían tiendas o atendían puestos en los mercados mientras grandes cantidades de esclavos hacían casi todo el trabajo duro. Los propios esclavos eran además objeto de transacciones comerciales, y dada su alta proporción en la sociedad (comparada con la Grecia Antigua) y la realidad de las fugas, las guerras serviles y las sublevaciones menores, dieron un toque distintivo al comercio romano.

La intrincada, compleja y extensa contabilidad del comercio romano fue efectuada con la ayuda de tableros contables y ábacos romanos. Éstos, que usaban números romanos, estaban especialmente ideados para las cuentas en monedas y unidades romanas.

Negociadores, mercaderes y vendedores ambulantes

Para el comercio los romanos conocían dos tipos de hombres de negocios: los negociadores (negotiatore, hombres de negocio) y los mercaderes. Los negotiatores eran en parte banqueros porque prestaban dinero a un interés. También compraban y vendían productos básicos al granel o comerciaban mercancías al por mayor. En algunos casos se consideraba a los argentarii un subconjunto de los negotiatores y en otros un grupo separado. Los argentarii actuaban como agentes en subastas públicas o privadas, guardaban depósitos de dinero a particulares, abonaban cheques (prescriptio) y realizaban cambio de moneda. Llevaban estrictos libros o tabulae, que se consideraban como prueba legal en los juicios. Los argentarii hacían a veces las mismas labores que los mensarii, que eran banqueros públicos designados por el estado. Los mercatores eran generalmente plebeyos u hombres libres. Estaban presentes en todos los mercados al aire libre o en tiendas cubiertas, atendiendo puestos o vendiendo mercancías junto a las carreteras. También estaban presentes cerca de los campos militares romanos durante las campañas, donde vendían alimento y ropa a los soldados y compraban en efectivo cualquier botín procedente de las actividades militares.

De fuentes judías, sobre el siglo III a. C., tenemos cierta información sobre la Palestina romana. Allí los vendedores ambulantes (rochel) llevaban especias y perfumes a la población rural.1 Esto sugiere que los beneficios económicos del imperio llegaban al menos a los niveles superiores del campesinado.

Infraestructura comercial

El Forum cuppedinis de la antigua Roma era un mercado que ofreció a mercancías generales mientras que al menos cuatro otros grandes mercados se especializaban en mercancías particulares como el ganado, el vino, el pescado y las verduras, y el Foro Romano atraía el grueso del tráfico. Todas las nuevas ciudades, como Timgad, fueron ordenadas según un plano ortogonal que facilitaba el transporte y el comercio. Las ciudades fueron conectadas entre sí por buenas calzadas. Los ríos navegables fueron utilizados extensivamente y algunos canales fueron cavados pero ni unos ni otros dejaron restos arqueológicos tan claros como los caminos y por tanto suelen ser subestimados. Un mecanismo importante para la expansión del comercio era la paz. Todos los asentamientos, especialmente los más pequeños, podían localizarse en lugares económicamente racionales. Antes y después del Imperio, las posiciones defensivas en cimas de montes fueron preferidas para los asentamientos pequeños, pues la piratería hizo el establecimiento costero particularmente peligroso para todos salvo las ciudades más grandes.imperios coloiales para vida humana piuco pal que lo lee

Para el siglo I, las provincias del Imperio romano negociaban los enormes volúmenes de mercancías entre ellas por rutas marítimas. Había una mayor tendencia hacia la especialización, particularmente en la fabricación, la agricultura y la explotación minera, especializándose algunas provincias en producir ciertos tipos de mercancías, tales como grano en Egipto y África del Norte y vino y aceite de oliva en Italia, Hispania y Grecia.

Nuestro conocimiento de la economía romana es extremadamente desigual. El grueso de la mercancía negociada, al ser agrícola, no dejó ningún resto arqueológico directo. El comercio de vino, aceite de oliva y garum (salsa de pescado fermentado) dejó excepcionales algún ánfora. Pero no podemos hacer una sola referencia al comercio entre Siria a Roma del dulce o mermelada de membrillo. [...]“, (ver: La gastronomía a través de la historia – Antigua Roma (V)). Texto y más información: Wikipedia: Comercio en la Antigua Roma.

Mediante la importación y la exportación de productos de otras províncias del Imperio Romano, destaca el uso del packaging, ya fuese para el transporte de mercaderías, para el comercio, como también para objetos de la vida cuotidana.

Tipología

Los diferentes tipos de packaging fueron elaborados de forma artesanal (ver: Historia de las manualidades – Antigua Roma (V)), y ello contribuyó con una amplia aparición de artesanos, los cuales se encargaron de su creación.

Ánforas

Las ánforas generalmente eran usadas para el transporte y conservación de bebidas y alimentos (ver: La gastronomía a través de la historia – Antigua Roma (V)).

Ánforas romanas expuestas en Bedford Museum. (Imágen de: Simon Speed/Wikimedia Commons/Public Domain)

Jarras

Las jarras generalmente usadas en la vida cuotidiana para contener agua o vino.

Jarra romana de vidrio. (Imágen de: Luis Fernández García/Wikimedia Commons/Creative Commons Atribución/Compartir-Igual 2.1 España)

Unguentarium

Los unguentarium eran un tipo de recipientes o frascos de pequeñas dimensiones para contener ungüentos o perfumes (ver: La belleza a través de la historia: Antigua Roma (V)).

Unguentarium asimétrico de vidrio del s.II d.C..(Imágen de: Cynwolfe/Ancienttouch.com/Wikimedia Commons/Creative Commons Attribution 2.5)

Cajas

Los antiguos romanos usaban cajas para diversos usos, como por ejemplo cajas para contener cosméticos. Ver un ejemplo en el siguiente enlace: www.roman-artifacts.com – Roman Bronze Box (fragments).

Materiales

Entre los materiales que más destacan para la elaboración de packaging en la Antigua Roma, son el vidrio y la cerámica:

Vidrio:

“Fue el vidrio un artículo de predilección para los romanos quienes se proveían de él por el comercio con los egipcios y fenicios. Pero ya desde el principio del Imperio lo fabricaron en la metrópoli y fuera de ella (en las Galias y España, al decir de Plinio y San Isidoro), dándole las mismas aplicaciones que los egipcios y fenicios y perfeccionando las formas de sus vasijas que resultan más variadas y elegantes. Apenas se descubre sepultura romana que no contenga fiolas o botellitas de vidrio ya incoloro ya verdoso, cubiertas de irisaciones por la acción de la humedad y del aire. Estos frasquitos, siempre de formas estrechas suelen llamarse por los coleccionistas lacrimatorios y ungüentarios pero servían únicamente para contener aceites o perfumes en los sepulcros, no para depositar en ellos lágrimas.

También perfeccionaron los romanos el arte de producir relieves de figuras en los vasos de vidrio por la adición de otra capa de esmalte o vidrio de color distinto junto con el modelado y cincelado o grabado de ella que se había inventado por los egipcios de modo que la superficie exterior de semejantes vasos ofrece todas las apariencias de un camafeo de piedra ónice de grandes dimensiones.

Diversos tipos de recipientes romanos, hallados en Alemania datados entre los s.III y s.IV d.C. Deutsches Historisches Museum, Berlín, Alemania. (Imágen de: Krank-Hover/Wikimedia Commons/licencia de documentación libre GNU, versión 1.2 o cualquier otra/Creative Commons Genérica de Atribución/Compartir-Igual 3.0./licencia de arte libre)

Se les llama hoy vasos murrinos falsos, por imitar a los verdaderos. Las vasijas más preciosas de esta forma que se conservan están en el Museo de Nápoles y en el Británico.

En fin, decoraban los romanos las vasijas preciosas de vidrio con los procedimientos que siglos más tarde reprodujeron los venecianos y se distinguen con los nombres de reticella (vasos reticulados) y millefiori (milflores o vasos floridos) los cuales resultan de la adición de barritas y filigranas de vidrio ya en la superficie para los reticulados, ya incluidas en la masa o en el espesor de las paredes del vaso para los milflores. Produjeron también las fábricas romanas vidrios para ventanas y claraboyas aunque de pequeñas dimensiones e hicieron estatuitas de este material e imitaciones de piedras finas con grabados.” Texto: Wikipedia: Vidrio romano.

Cerámica:

“La cerámica, una de las más humildes manufacturas ideadas por el hombre, logra en Occidente durante la época romana un cenit no superado hasta la era moderna. En este periodo, desde la húmeda Britania al valle del Nilo y desde Hispania al Éufrates, esta conspicua mezcla de tierra, agua y fuego fue protagonista del nacimiento de la primera industria manufacturera de la Historia.

Bajo el término cerámica romana se esconde un vasto universo de producciones de muy diversas procedencias, categorías técnicas y zonas de comercialización o difusión. Desde modestas producciones locales fruto de artesanos anónimos que surten una demanda muy próxima, y que a veces hunden sus raíces técnicas y formales en la tradición local, hasta lujosas y sofisticadas vajillas con influencias helenísticas y orientales, salidas de afamados talleres altamente especializados, que firman sus productos y los difunden por los más apartados rincones del orbe romano. Este fenómeno abarca un dilatado espacio cronológico, que comprende desde época republicana, con producciones como las campanienses, herederas directas de las cerámicas áticas y etruscas, que se remontan al siglo IV a. C., hasta el fin del Imperio con manufacturas que prolongan su tradición a lo largo de toda la tardoantiguedad hasta los albores de la Edad Media, es decir más de 1000 años de historia.

Vasijas romanas de cerámica, s.II-s.IV d.C. (Imágen de: AgTigress/Wikimedia Commons/GNU Free Documentation License, Version 1.2 or any later/Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported license.)

A este enorme ámbito espacio temporal se une una ingente variedad funcional y formal: cerámicas comunes de mesa, cocina y despensa, de almacenaje y transporte, ánforas, lucernas, conmemorativas, cerámicas de tocador o vajillas finas y de lujo como la terra sigillata, -sin olvidar los más modestos materiales cerámicos de construcción, que dieron soporte a una política de edificación sin paralelo en el mundo antiguo-, configuran un inmenso legado material y cultural, de sustancial valor para arqueólogos, ceramólogos y estudiosos de la Antigüedad en general.

Tal diversidad técnica, formal, funcional, geográfica y cronológica va acompañada de una gran variedad decorativa que abarca casi todas las técnicas conocidas: pintura, incisión, excisión, bruñido, estampillado, burilado, barbotina o relieve aplicado y quizá la más difundida de todas, el moldeado, que da lugar a la primera producción en masa de la Historia, la terra sigillata. Algunos de estos productos llegaron a alcanzar tal grado de perfección que hoy se consideran verdaderas obras de arte.

Desde su nacimiento hasta su muerte cada habitante de aquel mundo romano precisaba para todas las actividades de la vida diaria, de manera directa o indirecta, cerámicas de todo tipo. Su presencia en la vida cotidiana era tan constante como el plástico en la nuestra. Tan vasto mercado condujo a una ingente y permanente demanda provocando que la actividad alfarera llegara a ser la mayor industria manufacturera de la época. Incluso las legiones romanas disponían de sus propios talleres, lo que supuso también una gran pluralidad de producciones militares.

Tan fabulosa diversidad y consiguiente abundancia representa para arqueólogos e historiadores un extraordinario reto de investigación a la vez que una herramienta de singular valor para la datación de los yacimientos, el estudio de las corrientes comerciales en cada periodo y lugar e incluso para analizar la penetración de las influencias romanas entre aquellos pueblos, que bien mediante el comercio o la conquista tomaron contacto con Roma.

En este apartado, pues, exploramos las más significativas producciones del mundo romano, en particular las que llegaron a ser comercializadas o fabricadas en Hispania, sus técnicas, decoraciones, centros de producción, hornos, alfareros, repertorios formales y cronologías, intentando ofrecer una visión lo más actualizada posible de todas ellas, así como la bibliografía esencial.” Texto: Wikipedia: Cerámica romana.

Madera y metal

Generalmente tanto la madera como el metal (ver: La joyería a través de la historia: Antigua Roma (V)), especialmente el bronce, eran usados para elaborar cajas.

Fuentes y enlaces relacionados:

… la próxima entrada estará dedicada al packaging en el Imperio Bizantino.