Calificación:
Crítica: 5,356 Público: 5,651 España: 4,942 Rugoleor: 5,454
Ficha:
Título Original: The Stepfather
Director: Nelson McCormick
Guionista: J. S. Cardone
Intérpretes: Dylan Walsh, Sela Ward, Penn Badgley, Amber Heard, Jon Tenney, Paige Turco, Breaden Lemasters, Skyler Samuels
Productores: Greg Mooradian, Mark Morgan
Fotografía: Patrick Cady
Música: Charlie Clouser
Montaje: Eric L. Beason
Nacionalidad: Estados Unidos
Año: 2.009
Duración: 101 minutos
Edad: 18 años
Género: Misterio, Suspense
Distribuidora: Sony Pictures Releasing de España, S. A.
Estreno: 05-02-2.010
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España
Espectadores: 4.602
Recaudación: 26.411,25 €
Visitas: 0
Calificación única: 6,067 (65.005 valoraciones)
Puesto / Total: 32 / 43
Sinopsis:
Cuando el problemático adolescente Michael (Penn Badgley) vuelve a casa después de un año en una escuela militar, se encuentra a su madre, Susan (Sela Ward) enamorada del que pronto será su padrastro, David (Dylan Walsh), que se ha mudado a su casa. David dice que quiere formar la familia perfecta. Pero conforme empiezan a conocerse entre ellos, Michael rápidamente se convence de que David está lejos de ser tan perfecto como aparenta…
Comentario:
El realizador televisivo Nelson McCormick (director de capítulos de “Alias”, “Nip/Tup” o “Prison Break”) no esconde su pasado catódico en su debut en celuloide, un remake de la celebrada saga “El padrastro”, todo un clásico de los ochenta. El director le quita el polvo a la historia de Michael (Penn Badgley), un joven que sospecha de su padrastro David Harris (Dylan Walsh), un serial killer a la caza de familias enteras a las que asesina, actualizándola con la estética y los referentes de las series contemporáneas.
Crítica:
16-02-2.010 – ANTÓN MERIKAETXEBARRIA
Dormir con su asesino
Un hombre imperfecto -si se me permite el eufemismo- emperrado en encontrar a la familia perfecta, en cuyo seno desplegar su maligna influencia, es el protagonista de “El padrastro”: pestilente filme de terror, adscrito a la terrible moda de los furibundos psicópatas dispuestos a dar matarile a todo quisqui, firmado por un don nadie. Porque en esta ocasión el maníaco asesino duerme en el mismo lecho de la protagonista, una despistada Sela Ward, con lo cual el despliegue de barbaridades desplegadas por semejante intruso (encarnado a la brocha gorda por Dylan Walsh), resultan a la postre tan aberrantes como descorazonadoras.
El tipejo en cuestión se convierte así en una variante sangrienta de Monsieur Verdoux, el personaje protagonista de la obra maestra homónima de Charles Chaplin; pero mientras que allí predominaba la sátira dramática, llena de humor negro y violenta crítica social, en el título que hoy nos ocupa nada funciona, los inevitables efectos especiales no engañan a nadie y la chirriante atmósfera montada por su inepto realizador termina por asfixiar toda posibilidad de sorpresa o interés, al tiempo que plagia personajes y situaciones entresacadas de otros títulos de más fuste.
Desde luego, no sé qué tienen los padrastros -y no digamos las madrastras- tan maltratados por el cine, al menos en otra película firmada por Joseph Ruben en 1.986, así como en toda una serie de chistes y anécdotas, en las que se hace burla de los mismos. Cuando, en muchos casos, los padrastros saben lidiar maravillosamente con la gente menuda. Pero en la cinta de Nelson McCormick sucede precisamente lo contrario, en su terca obstinación por dar una visión tremebunda de los mismos. De ahí el fracaso de esta pseudopelícula a la que le falta rigor y le sobran penosas intenciones. Por otra parte, la monotonía e incluso sordidez con que se escenifican las distintas secuencias terminan por demostrar que estamos ante una película tan mala como parece.